Una tensa obra dramática de argumento judicial sobre el famoso «Juicio del mono de Tennesse» de 1925, Inherit the Wind (Heredará el viento) fascinó al público de los teatros de la ciudad de Nueva York y adquirió fama internacional. Su tema general, basado en el choque entre un profesor de ciencias y las creencias religiosas locales, era la libertad de pensamiento.
En el juicio real, John T. Scopes fue procesado por exponer la teoría de Darwin en la clase de biología de un instituto de enseñanza media, desafiando así la ley antievolucionista del Estado. Fue defendido por Clarence Darrow, un brillante abogado apasionado por las ideas progresistas. William Jennings Bryan, personaje igualmente carismático, representaba a los fundamentalistas militantes en la acusación. La prensa nacional centró su atención en la pequeña ciudad de Dayton, y el Baltimore Evening Sun envió allí a un joven periodista llamado H. L. Mencken.
Inherit the Wind fue escrito en 1951 por Jerome Lawrence y Robert E. Lee. La obra se presentó en Nueva York el 21 de abril de 1955 con críticas entusiásticas, tras haber realizado con éxito un estreno de prueba en Dallas, y se mantuvo en cartel durante un prolongado período. El personaje de Bryan (llamado Brady) estaba interpretado por Ed Begley, el del periodista por Tony Randall y el de Darrow (Drummond) por Paul Muni.
Stanley Kramer realizó una versión clásica para cine (1960) con Spencer Tracy en el papel de Darrow/Drummond, Frederic March en el de Bryan/Brady y Gene Kelly en el del periodista cínico. En uno de sus parlamentos más memorables, Drummond/Darrow afirma que el precio de un nuevo conocimiento puede llegar a ser la pérdida de creencias muy apreciadas:
...el progreso nunca ha sido un trato. Hay que pagar por él. A veces pienso en un hombre detrás de un mostrador que nos dice: «Muy bien, puede usted tener el teléfono, pero deberá sacrificar la intimidad, el encanto de la distancia... Señor, puede usted conquistar el aire, ¡pero los pájaros perderán su magia y las nubes olerán a gasolina!...
El título de la obra está tomado de Proverbios 11, 29: «Quien arruina su casa heredará el viento». Aunque los personajes y el conflicto se basaban claramente en el caso Scopes, algunos fragmentos de diálogo se tomaron directamente de la transcripción del proceso. Los dramaturgos Lawrence y Lee afirmaron insistentemente en un prólogo que su obra «no pretendía ser periodismo». Las acotaciones escenográficas situaban el momento del proceso «hace no demasiado tiempo. Podría haber sido ayer. Podría ser mañana».
Richard Milner
Diccionario de la Evolución, 1993.
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