La creación del mundo y la aparición de la humanidad son el objeto, en todas las sociedades primitivas, de relatos orales anónimos, transmitidos de generación en generación. Los mitos se esfuerzan en justificar ciertos fenómenos naturales, como la alternancia de las estaciones, el trueno, como asimismo la diversidad de las especies animales o la organización social de la tribu.
El descubrimiento del sánscrito suscita, a mediados del siglo XIX, los primeros estudios de mitología comparada, que se refieren únicamente a los poemas escritos. Los filólogos, como Michel Bréal en Francia, Adalbert Kuhn y Max Müller en Alemania, intentan analizar los relatos de Homero o de Herodoto por una especie de corrimiento semántico: la descripción de los fenómenos naturales habría adquirido, al correr de los tiempos, un valor religioso. Esta visión naturista es atacada vivamente por Durkheim, que la sustituye por una intepretación sociológica de los mitos.
Ciertos etnólogos (Gerardus van der Leeuw, Germaine Dieterlen, Mircea Eliade, etc.), consideran el mito como una verdadera forma de pensamiento. Los ritos, a los que es asociada a menudo la tradición mitológica, tendrían por objeto asegurar la eterna repetición de un acontecimiento característico. En su descripción de los canacas de Nueva Caledonia, Maurice Leenhardt (Do Kamo, 1947) asimila el mito a una forma de conocimiento afectivo.
Marcel Griaule considera todos los gestos cotidianos de los dogon como rituales. El tejido se efectúa de la misma manera que la labranza: partiendo del Norte y luego de Este a Oeste. Se trataría, por lo tanto, de un verdadero lenguaje (en griego mythos significa «palabra») cuya permanencia debe ser salvaguardada. Ciertos estudios de Pierre Bourdieu sobre la arquitectura cabila se inspiran igualmente en la fórmula de Roger Bastide: «La casa es un mito en acción».
Más cerca de la teoría marxista, que considera la mitología como un reflejo del mundo social, y en particular de las relaciones de producción,Georges Dumézil ve en los mitos una justificación a posteriori de los ritos. Explica que las mitologías indoeuropeas, de India y de Escandinavia a la antigüedad greco-latina, presentan una estructura común que atestigua una organización social idéntica.
Todos los antropólogos han hecho notar el sorprendente parecido de los relatos míticos de un continente al otro. Pero las interpretaciones de esas ocurrencias han sido muy variadas. Los evolucionistas (Tylor, Morgan) ven en ellas la prueba de la unidad psíquica humana. Los pandifusionistas (Grafton Elliot-Smith, William James Perry) afirman que los relatos de todo el mundo han sido tomados de una fuente única, la civilización babilónica. Roger Caillois ve en los mitos una especie de memoria biológica.
En la serie de las Mitológicas (cuatro volúmenes aparecidos de 1964 a 1971), Claude Lévi-Strauss intenta aplicar a los mitos, considerados como un lenguaje particular, los métodos de análisis de la lingüistica estructural. Incapaces de abstracción, los primitivos utilizan, según él, en estado bruto los elementos del mundo sensible: animales, objetos, plantas, etc. Continuo en apariencia, el relato mítico es en realidad un arreglo de unidades constitutivas, los mitemas. El pensamiento salvaje utiliza un conjunto de elementos heteróclitos que han perdido su uso original y de los que sólo la combinación es pertinente.
«La Antropología.» ENCICLOPEDIA DEL MUNDO ACTUAL, 1977.
1 comentario:
A cerca de los mitos, añadir, por ahora, que aún hay gente que piensa que las sociedades surgieron del mito, cuando en realidad, los mitos fueron creados para justificar el estado de las cosas por parte de la sociedad.
Muy interesante el tema de los mitos, a ver si un día (noche) que descanse me pongo a ello y escribo algo sobre este tema que siempre me ha gustado.
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