Sin vergüenza alguna, una casa de subastas neozelandesa pone en venta unos frascos que dicen tener en su interior fantasmas. Lo que es una auténtica estafa, aunque parezca gracioso. Resulta que el pasado lunes se cerró la subasta en unos dos mil euros, aunque se demostró que fueron pujas falsas (para incrementar el valor), al final se quedó en unos 1.400 euros que alguién pagó.
Todo remonta a que la dueña se quiere deshacer de los dos frascos de agua «bendita» azulada que, según ella, Avie Woodbury, poseen en el interior los espíritus de un hombre mayor y una niña que fueron capturados por el exorcista de una secta y ya no tienen problemas desde entonces (julio de 2009).
Asegura que quien quiera liberarlos, deberá verter el interior en otro recipiente y dejar que se evapore en su casa. ¿Y llegar a pagar más de mil euros por esta estupidez y, a la vez, timo? Ver para creer.
Entre quienes preguntaban a la vendedora hay comentarios muy buenos: «Hola, tengo dos botellas en casa que me dan múltiples personalidades cuando las abro y bebo. Un día descubrí sus nombres... Creo que una se llama Jim Beam y la otra es Johnny Walker. Y cuando me despierto al día siguiente, después de la cata, estoy seguro de que he sido poseído, porque no puedo recordar nada de la noche anterior», o «Si los froto, ¿me pueden dar los deseos que les pida?»
Y en esta semana otro «caradura» que también se ha apuntado y subasta un espíritu maligno en otra botella con liquido rojizo.
Ya había otro precedente de ventas de fantasmas embotellados por la Red, en este caso de Florida. Un tal John Deese, asociado a un «cazafantasmas profesional», nos vende en esta dirección fantasmas embotellados con su certificado de autenticidad, que no requieren mantenimiento alguno (de vez en cuando quitar el polvo), a unos quince euros. Eso sí, es desaconsejable abrir la botella bajo tu propio riesgo, la empresa no se hace responsable. Y te advierte que se han producido fenómenos extraños después de su apertura. Al abrirse se puede tener experiencias como: oír voces que salen de la nada o quejidos y gemidos misteriosos, puertas que se abren y cierran solas, como luces que se apagan y encienden o grifos que se abren sin que nadie este cerca, tener la sensación de que alguien te observa o cuando duermas seas destapado de repente, desaparezcan cosas, etc. En fin, cosas que a todos nos pasan.
Unos perfectos estafadores. Y, lo peor, es la gente que se lo cree y hasta lo paga. ¿Tal vez Iker Jiménez, entre ellos?
1 comentario:
Os prevengo sobre un fantasma encerrado en una botella con una etiqueta en la que se lee "SOUR MASH". Es el espíritu de un sureño pedenciero y aficionado a las armas de fuego que responde al nombre de Jack Daniel. Especialmente activo los fines de semana.
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