Por estas fechas, se puede observar sobrevolando el centro de Miami (Florida) a centenares de negras aves carroñeras —mal llamados buitres—, que en realidad son zopilotes, próximos a los gallinazos y cóndores (los llamados buitres del Nuevo Mundo), aunque formen otra familia distinta a la de los verdaderos buitres del Viejo Mundo, que pasan el invierno en Florida y se adentran hasta el interior de la urbe.
Y aprovechando el abandono de muchas viviendas, a causa de la crisis inmobiliaria, estos oportunistas se sirven de los edificios y sus balcones para «ocuparlos».
No hay una expresión más adecuada, como demostración de quienes se aprovechan de las desgracias ajenas... que sean unos «buitres».
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