viernes, 31 de marzo de 2017

El anarquismo en la Revolución Rusa



El historiador Julián Vadillo analiza en el libro Por el pan, la tierra y la libertad: El anarquismo en la Revolución rusa el papel jugado por los anarquistas en el movimiento revolucionario de 1917.

28 marzo 2017

Numerosos libros se publican (o reeditan) este año, cuando se celebra el primer centenario de la Revolución rusa. Pero pocos tratan el papel que tuvo el anarquismo en la caída del zar y el ascenso de los bolcheviques al poder. Julián Vadillo Muñoz (Madrid, 1981) lo hace en el libro Por el pan, la tierra y la libertad: El anarquismo en la Revolución rusa que edita Volapük Ediciones. El autor, como explica en la introducción, intenta «analizar el anarquismo ruso en su justa medida» y «descifrar qué fue realmente» ya que la eterna «derrota ha conllevado el ostracismo» de los anarquistas. Julián Vadillo recibe a La Marea en la librería libertaria La Malatesta de Madrid.

¿Qué papel tuvieron los anarquistas en la Revolución rusa?

Su papel va creciendo con el paso de los meses. La Revolución de Febrero sorprende al anarquismo cuando la mayoría de sus integrantes está todavía en el exilio. La caída del zar y la proclamación de la república hace que muchos retornen, y los grupos diseminados del anarquismo que se habían mantenido entre 1906 y 1917 se vuelven a reestructurar. Durante ese período surgen medios de comunicación y grupos anarquistas, convirtiendo el anarquismo en un elemento a tener en cuenta aunque va a la zaga de otras organizaciones que sí se habían mantenido más estructuradas como los mencheviques, los bolcheviques y los socialistas revolucionarios. Lo que se pone en liza entre las organizaciones revolucionarias tras la Revolución de Octubre de 1917 es el modelo revolucionario del Partido Bolchevique frente a otro modelo que plantea el anarquismo.

¿Entonces, en la Revolución de Febrero no participaron los anarquistas?

Sí participaron de las movilizaciones aunque solo los pequeños grupos que habían quedado en San Petersburgo, Moscú… pero la Revolución de Febrero no responde a una ideología concreta. Es la propia Revolución y los meses posteriores lo que hace que personas como Volin, Gregori Petrovich Maximov, Piort Arshinov… vuelvan a Rusia, y que Néstor Majnó salga de prisión gracias a la amnistía por la proclamación de la república. De esta forma tienen la posibilidad de reestructurar las organizaciones anarquistas rusas.

Afirma que la muerte de Piotr Kropotkin en febrero de 1921, cuatro años después de la Revolución rusa, «fue la muerte del anarquismo ruso». ¿Acabó la revolución con el anarquismo?

La muerte de Kropotkin significa metafóricamente la muerte del anarquismo: la manifestación por su muerte fue la última gran movilización del anarquismo ruso en el interior. A partir de ese momento los anarquistas rusos se tienen que exiliar, están en las prisiones, en los campos de concentración o directamente han muerto por la guerra civil entre 1917 y 1921. El anarquismo participa y es protagonista de la revolución pero la revolución engulle a muchos de sus protagonistas. Para los anarquistas, en un determinado momento, el bolchevismo no era la revolución sino que se había convertido en la contrarrevolución. La contribución de sangre que tiene el anarquismo respecto a la revolución es muy grande.

Algunos historiadores conservadores como Richard Pipes opinan que la Revolución de Octubre fue un golpe de Estado. ¿Fue una revolución, un golpe de Estado, ambas cosas o ninguna?

No creo que fuese un golpe de Estado sino un proceso revolucionario con una base social muy amplia. Un golpe de Estado conlleva que una minoría tome el poder frente a la mayoría. Es cierto que hay un Gobierno Provisional que cae en detrimento de un grupo político concreto —que son los bolcheviques— pero para que hubiese sido un golpe de Estado, ese Gobierno Provisional debería haber tenido bases sociales que lo sustentasen. En octubre de 1917, está completamente desacreditado. Hay una dualidad de poder, y los sóviets no están con el Gobierno provisional sino frente a él. Son los sóviets, en los que no solo participan los bolcheviques sino también los anarquistas, los socialistas revolucionarios, los mencheviques… los que están dinamizando el poder. El problema viene porque algunos dirigentes bolcheviques utilizaron la palabra «golpe» para referirse a lo sucedido en octubre de 1917 y eso ha servido para sacar conclusiones, que a mi entender, no se corresponde con los sucesos. Lo que sí existe tras octubre de 1917 es un golpe de mano por parte de los bolcheviques que, de manera paulatina, van aplastando a sus rivales políticos hasta exterminarlos del mapa político ya sea físicamente o políticamente.

Al modelo económico denominado por los bolcheviques «comunismo de guerra», aplicado durante la guerra civil, los anarquistas lo llamaron «capitalismo de Estado» ¿En qué se diferenciaba la propuesta económica de los anarquistas y la que pusieron en marcha los bolcheviques?

Los bolcheviques, cuando llegan al poder, hacen un plan de nacionalización de la economía. Las fábricas y los campos pasan a ser controlados por el Estado, y éste cede la gestión directa a los trabajadores. Pero es el Estado quien controla el poder económico. Los anarquistas no están de acuerdo con ese modelo porque no creen que el Estado deba controlar nada sino que tiene que desaparecer, y han de ser directamente los productores los que se hagan con el control económico de las fábricas y de los campos. Para ellos, los sóviets son el eje central de la revolución, son los organismos de gestión directa de los trabajadores de la producción. Esa es la gran diferencia. Al acabar la guerra civil, los anarquistas y los socialistas revolucionarios denuncian la imposición de un modelo económico que se aleja del espíritu revolucionario de 1917 y plantean que o se retoma el modelo del poder de los soviets, o acabarán engullidos por la dictadura de un solo partido.

Tras el comunismo de guerra y la Nueva Política Económica, según el discurso oficial soviético, se alcanzó el «socialismo real». ¿Realmente la URSS fue un modelo socialista?

Se le podría llamar socialismo de Estado aunque es una estatalización de la economía. Incluso la Nueva Política Económica que surge en 1921, que es una mezcla entre el socialismo y el libre mercado, desaparece completamente y los planes quinquenales sirven para la industrialización de la Unión Soviética que, finalmente, se convertirá en una de las potencias industriales del mundo. En ese sentido Stalin sí que tiene éxito pero ¿a qué precio? A partir de 1927, cuando Trotski es defenestrado, ocurre una transición de una dictadura de partido único a una dictadura unipersonal de Stalin. En 1937, del Comité Central del Partido Bolchevique de 1917 absolutamente todos sus miembros han sido eliminados por Stalin excepto Lenin, que muere en 1924, y Trotski, que ha huido pero será ejecutado en 1940, con la acusación de ser contrarrevolucionario.

Cuenta en el libro que en 1905 la facción bolchevique del Partido Obrero Socialdemócrata de Rusia intentó «controlar el sóviet» al considerarlo un elemento rival pero, al alcanzar el poder, se autodenominaron soviéticos. ¿Qué eran y en qué se convirtieron los soviets?

La historia de los sóviets es la parte más interesante de la Revolución rusa y una de las más desconocidas. Se conoce como la Revolución soviética pero el sentido que le dan a los sóviets las diversas opciones políticas es diferente. El sóviet nace en febrero de 1905, como cuenta Volin en La revolución desconocida. El Partido Social-Revolucionario es el que impulsa el sóviet, que surge como un organismo obrero que pretende controlar la producción e intentar un modelo económico distinto. No depende de ningún partido ni de ninguna organización. En los años que median entre 1905 y 1908 los bolcheviques no ven a los sóviets como unos aliados sino como unos rivales. Es a partir de esas fechas cuando Lenin, ya en el exilio, ve posible acercar el Partido Bolchevique a los sóviets para intentar medrar dentro. El concepto de sóviet va cambiando. Para los anarquistas y los socialistas revolucionarios de izquierda, los sóviets deben mantenerse como son desde el origen: organismos obreros que intentan controlar la política, la economía y la sociedad sin una correa de transmisión partidista, a disposición de los propios trabajadores. En cambio, los bolcheviques consideran a los sóviets, como a los sindicatos, partes integrantes de su propio partido.

Observo un cierto paralelismo entre los anarquistas ucranianos de Néstor Majnó y los anarquistas españoles en 1936-1937. ¿Qué similitudes y diferencias hubo entre la majnovchina y la Revolución española?

Lo que se produce en España es una lucha de poder por el control del movimiento obrero, entre el PCE y la CNT. Lo que sucede en Ucrania es similar a la situación en España de 1936 porque la influencia del majnovismo y del anarquismo en el movimiento obrero es muy importante. El Partido Bolchevique lo intenta laminar y finalmente Majnó es vencido por la fuerza de las armas del Ejército Rojo. Majnó intentó pactar con los bolcheviques desde el primer momento en varias ocasiones. Llegaron a tres acuerdos y todos acabaron de la misma manera: ruptura del pacto y represión contra las unidades majnovistas. En uno de esos acuerdos, Majnó intentó que el Gobierno de Moscú reconociese la zona libre de Ucrania donde tenía influencia. Majnó conformó un movimiento muy fuerte en Ucrania, y toda la zona este del país estuvo bajo su influencia. Se desarrolló un proceso muy similar al de las colectividades de Aragón y de Cataluña, donde son los sóviets de esa zona los que tienen un control sobre la producción.

Pero pese a ser Majnó anarquista nunca formó parte de la Confederación de Organizaciones Anarquistas Nabat.

Los majnovistas son en esencia anarquistas: Majnó es anarquista, Arshinov es anarquista… pero el majnovismo como tal es un movimiento de las masas laboriosas, como ellos mismos dicen. Anatol Gorelik, en El anarquismo en la Revolución rusa, dice que el majnovismo no es anarquista sino que tiene elementos que los une a los anarquistas, y los anarquistas ven en el majnovismo una opción importante para el desarrollo de sus ideas. Aparte está la Confederación Anarquista Nabat, la organización de los anarquistas ucranianos, en la que no está Majnó pero hay una confluencia. Aunque el majnovismo como tal no se defina como anarquista sí es antiautoritario, horizontal, autogestionario y tiene muchos puntos en común con el anarquismo.

La base naval de Kronstadt, «el orgullo y la gloria de la revolución», según Trotski, se levantó en marzo de 1921 y fue reprimida por el Ejército Rojo. ¿Se puede considerar un episodio anarquista la revuelta de Kronstadt?

En Kronstadt siempre existió un espíritu anarquista muy importante y fueron los anarquistas los que dinamizaron el soviet de Kronstadt. Efim Yarchuk, uno de los más importantes anarquistas de Kronstadt, es el máximo defensor de la independencia de los sóviets frente a los partidos, y ese fue el espíritu de Kronstadt hasta marzo de 1921. Pero no fue una revuelta anarquista como tal porque no son solo anarquistas los que están en Kronstadt. También hay socialistas revolucionarios y bolcheviques que no están de acuerdo con lo que hacen sus compañeros en el Gobierno. Es una revuelta de la izquierda.

¿Cuáles eran las demandas de los marinos de Kronstadt?

Entre las reivindicaciones de Kronstadt están la libertad de prensa, libertad de elección de los soviets, libertad para los anarquistas, libertad para los socialistas revolucionarios y que se vuelva otra vez al espíritu revolucionario de 1917. Hay quien dice que en Kronstadt estaban los contrarrevolucionarios y los mencheviques pero entre las reivindicaciones de Kronstadt no aparece en ningún momento la apertura de la Asamblea Constituyente, que era la gran petición de los mencheviques, ni mucho menos la vuelta al zarismo. Lo que plantea Kronstadt es debatir con los bolcheviques la dictadura de un partido o sóviets libres. Mientras los periódicos bolcheviques y Trotsky dicen que los contrarrevolucionarios están detrás, Lenin tiene claro que lo que está pasando en Kronstadt es una revuelta de la izquierda. Y Lenin ve que o se aplasta la sublevación de Kronstadt o puede vencer al Partido Bolchevique, porque es una opción para los trabajadores.

Resulta curioso que Trotski, quien reprimió la revolución majnovchina y la revuelta de Kronstadt, ha pasado a la historia como un ídolo para cierta izquierda revolucionaria antiestalinista.

Trotski es uno de los grandes ideólogos militares que tiene el Partido Bolchevique y es quien lidera la represión contra los majnovistas. Son las grandes glorias de la revolución como Zinoviev y Mijail Tujachevsky quienes también reprimen de forma virulenta la revuelta de Kronstadt. Incluso la Oposición Obrera dentro del Partido Bolchevique que representaba Aleksandra Kolontái se opone a la revuelta de Kronstadt y considera a los alzados desviacionistas pequeñoburgueses y anarquistas. Trotski es el represor de Kronstadt pero luego tiene la mala suerte de que pierde la carrera por el poder con Stalin y se tiene que exiliar, y ahí encuentra simpatías en la izquierda. Pero para el anarquismo la imagen de Trotski es muy negativa porque ha sido su represor. De la misma forma que Lenin no se atrevía a criticar demasiado a los marinos de Kronstadt porque eran «el orgullo y la gloria de la Revolución», Trotski en los periódicos sí atizaba a los anarquistas, al majnovismo y a los kronstadianos. En ese sentido, Trotski es más agresivo que el propio Lenin.

¿Cuál fue la postura de los anarquistas españoles respecto a a la Revolución rusa?

Tras estallar la revolución en 1917, los anarquistas españoles la apoyan. En el Congreso de la CNT de Sants (Barcelona) de 1918 y el Congreso de la Comedia de 1919 hay una disposición de apoyo a la Revolución rusa y la inclusión de forma provisional del sindicato en las estructuras de la III Internacional y en la Internacional Sindical Roja. La CNT decidió ingresar en el Profintern pero mandó delegados al congreso de 1921 en Rusia para ver cómo se estaba desarrollando la revolución. Ángel Pestaña y Gaston Leval, que acudieron a aquel congreso en representación de la CNT, emitieron un informe negativo de lo que sucedía en Rusia al ver que se estaba encarcelando a anarquistas. Al volver a España, Pestaña y Leval afirman que la Revolución rusa no tiene nada que ver con el comunismo que los anarquistas están intentando implantar y tras recibir los informes, la CNT abandona la Internacional Sindical Roja. En 1922 se unirá a la renacida Asociación Internacional de los Trabajadores.

¿Qué conclusiones se pueden sacar de la Revolución rusa?

Es el acontecimiento más importante del siglo XX, sin ninguna duda, porque marcará un antes y un después en la Historia de la humanidad de la Edad Contemporánea. No se entiende nada sin la Revolución rusa. En un momento histórico complicado como era 1917, en medio de una guerra mundial que estaba desangrando a Europa, hubo un país y una clase obrera que cambiaron el curso de la Historia. Todo se puede cambiar y nada es inamovible.

¿Qué queda del anarquismo hoy en día en Rusia?

Existen organizaciones anarquistas en Rusia, sobre todo en los grandes núcleos como Moscú y San Petersburgo, pero no son muy numerosas. A nivel histórico se recuerda parte del anarquismo aunque está eclipsado por el triunfo de los bolcheviques. En las librerías rusas existen libros sobre el anarquismo, aunque la deformación que se muestra es evidente. La historia del anarquismo ruso está todavía por investigar y por escribirse.

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