Documental que salió ayer en La noche temática de TVE sobre la peligrosidad de los residuos radiactivos.
En el documental podemos ver el estado deteriorado en el que están los bidones con residuos arrojados a la Fosa Atlántica hace más de veinte años, residuos radiactivos escapados del interior y distribuidos en el entorno marino circundante. O como se filtran los residuos líquidos de la planta de Hanford (EE UU) a la capa freática y de ahí al río Columbia. Y las consecuencias del desastre de Kishtim (Rusia) de 1957, una explosión de residuos que todavía provoca muertes por cáncer en la zona, podemos ver los altos niveles de radiación todavía existentes en el río Techa. O como la central reprocesadora de residuos de La Hague, en la Bretaña francesa, expulsa desde sus chimeneas Kriptón-85 que afecta a buena parte de Europa occidental. Se demuestra que es falso que la energía nuclear sea renovable al 96% como aseguran los técnicos y directivos de AREVA. Además de las intervenciones de antinucleares como Zhores Medvedev, Alexei Yablokov, Robert Álvarez y Hubert Reeves. En fin, interesante denuncia antinuclear. No solamente el peligro existe ante un accidente en una central y sus posibles escapes, ya existe desde el principio en que se utiliza este tipo de energía, y que perdurará durante varios años, siglos e, incluso, milenios.
En el documental podemos ver el estado deteriorado en el que están los bidones con residuos arrojados a la Fosa Atlántica hace más de veinte años, residuos radiactivos escapados del interior y distribuidos en el entorno marino circundante. O como se filtran los residuos líquidos de la planta de Hanford (EE UU) a la capa freática y de ahí al río Columbia. Y las consecuencias del desastre de Kishtim (Rusia) de 1957, una explosión de residuos que todavía provoca muertes por cáncer en la zona, podemos ver los altos niveles de radiación todavía existentes en el río Techa. O como la central reprocesadora de residuos de La Hague, en la Bretaña francesa, expulsa desde sus chimeneas Kriptón-85 que afecta a buena parte de Europa occidental. Se demuestra que es falso que la energía nuclear sea renovable al 96% como aseguran los técnicos y directivos de AREVA. Además de las intervenciones de antinucleares como Zhores Medvedev, Alexei Yablokov, Robert Álvarez y Hubert Reeves. En fin, interesante denuncia antinuclear. No solamente el peligro existe ante un accidente en una central y sus posibles escapes, ya existe desde el principio en que se utiliza este tipo de energía, y que perdurará durante varios años, siglos e, incluso, milenios.
4 comentarios:
Ahora recuedo algo que Daniel de Roulet, en su librito Fukushima mon amour, nos dice sobre la central de Hanford:
«He visitado varias centrales, la de Hanford al noroeste de los Estados Unidos donde se fabrica plutonio en cadena. ¿Sabía usted que, desde 1946, tribus enteras de indios han sido sometidas a radiación, sin más, para ver que pasa?»
Y vuelvo a repetir el párrafo del libro El más grave accidente mundial: Chernobil de Nigel Hawkes y otros, lo que dicen sobre Hanford. Para que luego digan que no puede ser peligroso al no haber ractores nucleares en el accidente reciente francés en una planta de residuos, muy en consonancia con lo que se dice en el documental:
«También descubrió Medvedev que los residuos radiactivos sellados pueden "explotar" en circunstancias especiales. Uno de esos procesos descrito en un informe a la Comisión de Enérgia Atómica de los Estados Unidos, en 1972, sobre la acumulación del plutonio en los desechos de los reactores de Hanford en el Estado de Washington. Los residuos de baja radiactividad que se habían enterrado en hoyos con la esperanza de que fueran dispersándose inocuamente en el suelo, en realidad habían producido una capa concentrada de plutonio. La capa fue extraída por la CEA, pero el informe sugiere que pudo haberse producido una reacción en cadena si el agua hubiese empapado el suelo rico en plutonio. El calentamiento rápido del agua podía haberla transformado en vapor y éste podía haber producido una "explosión tipo volcán de lodo". Cualquiera que fuera el mecanismo de la descarga, el accidente parece haber ocasionado la descarga no intencional de desechos de productos de fisión procesados. Se desconoce el número de víctimas mortales y de las que fueron afectadas por la radiación.»
Muy bueno el documental. Y digo yo: en vez de devanarse los sesos pensando cómo almacenar de manera segura (algo que se demuestra imposible) los residuos radiactivos ¿cómo es que nadie se plantea cerrar todas las centrales nucleares? Esto no es ninguna utopía: una país tan avanzado como Alemania ya ha tomado esa decisión. Cómo se nota que el documental es francés y como dijo la Sra Ministra de Medio Ambiente del país vecino: "En Francia la energía nuclear es una religión".
Cómo demuestra el documental, no es necesario que haya un accidente para que el peligro nuclear se manifieste. Los residuos radiactivos son mucho más peligrosos de lo que se creen.
Me llama la atención de la ex ministra francesa Corine Lepage (casi al final) reconocer que entre la clase política francesa, tanto de izquierdas como de derechas, hay una devoción religiosa con la energía nuclear, e incluso para valerse en la defensa de su uso, recurren al tema del cambio climático.
Aunque me quedo con las palabras de Robert Álvarez:
«Mis colegas y yo publicamos un informe, en el año 2005, en el que analizabamos los últimos veinticinco años en materia de seguridad respecto al combustible usado y planteabamos la hipótesis extrema de un atentado terrorista. Y el problema fundamental es que el amterial se encuentra sumergido en piscinas de agua. Cuando se produce un drenaje forzado del agua, el combustible se calienta y se incendia. El fuego libera entonces enormes cantidades de radiación en el medio ambiente. Calculamos que un incendio de combustible nuclear usado, podía causar más contaminación terrestre que Chernóbil, unas cuatro veces más. En términos de zona prohibida, es decir, cuando hay que evacuar a la gente y ésta nopuede regresar a sus hogares. El área afectada sería de unas cuatro veces más que en Chernóbil. Por supuesto, fuimos objeto de ataques y denuncias por parte de la industria nuclear y del Gobierno. El Congreso solicitó entonces a la Academia Nacional de Ciencias que realizasen un estudio, y en el año 2005 la Academia nos dio la razón, dijo que no se podía obviar la cuestión, y que habrá que tomarse el problema mucho más seriamente.»
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