El 28 de junio era un día muy especial para los serbios. En esa fecha se recordaba la trágica batalla de Kosovo de 1389 en la que el reino serbio fue derrotado por los turcos. Era el inicio de un largo de sufrimiento bajo el dominio otomano. En 1914, esa opresión estaba representada por el Imperio Austro-Húngaro como sucesor del Imperio Otomano en los Balcanes. Ese fatídico día fue el elegido por el archiduque Francisco Fernando para realizar una visita a la ciudad de Sarajevo. Para siete jóvenes serbobosnios aquella visita era una provocación. En Serbia se habían formado sociedades nacionalistas como «La Mano Negra», cuyo objetivo era conseguir con métodos terroristas la anexión de Bosnia a Serbia. El 28 de junio Francisco Fernando llegó con su mujer a Sarajevo. Una multitud esperaba a lo largo de la ruta para saludar. Entre ellos se encontraban los siete terroristas. Uno de ellos lanzó una bomba contra el vehículo que fue a parar al suelo. Al llegar al Ayuntamiento, se planteó si se debía seguir con la visita. El archiduque decidió continuar modificando el trayecto para poder visitar a los enfermos del primer atentado y como medida de seguridad, pues nadie les esperaba por la nueva ruta. Sin embargo, uno de los terroristas, Gavrilo Princip se encontraba en la antigua ruta. El conductor del archiduque giró para adentrarse en la calle, según las instrucciones que había recibido por la mañana. El general que acompañaba al archiduque gritó al conductor para que rectificase frenando justo delante de Princip. Pocas veces un error ha tenido unas consecuencias tan trágicas. Princip realizó dos disparos. El archiduque y su mujer serían alcanzados mortalmente. Fueron las dos primeras víctimas de una guerra mundial.
MUY HISTORIA
Número 17 / Mayo 2008
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