Científicos del Institut d’Anàlisi Econòmica (IAE-CSIC) han analizado el rol de los grupos étnicos en los conflictos sociales. Los resultados concluyen que solo tienen influencia si hay otros factores implicados, como la política y la economía.
Agencia SINC | 17 mayo
Un equipo del Institut d’Anàlisi Econòmica (IAE-CSIC), distinguido como uno de los centros de excelencia Severo Ochoa, publica esta semana en Science un artículo sobre cómo influyen las divisiones étnicas en los conflictos civiles. Según los autores, estos grupos causan enfrentamientos solo en conjunción con otros factores, como los beneficios políticos y económicos.
«A pesar de la abundante evidencia del carácter étnico de muchos conflictos, la evidencia empírica era ambigua» dice a SINC Joan Esteban, investigador del IAE-CSIC y autor principal del estudio. El trabajo propone un modelo teórico nuevo para conocer de qué manera la estructura étnica de un país determina su potencial de conflictividad social.
Después de analizar datos de 138 países entre los años 1960 y 2008, el estudio concluye que la probabilidad de conflicto aumenta si lo hacen a la vez el número de grupos étnicos (diversidad) y los recursos económicos apropiables. A mayor diversidad, más difícil será cohesionar la sociedad, que estará fraccionada.
También hay más tendencia al conflicto en sociedades polarizadas en torno a grupos dominantes que pueden enfrentarse, y en las que además existe una fuerte represión de las libertades.
Desde la perspectiva de este estudio, que tiene en cuenta la diversidad y la polarización étnica, la abundancia de grupos pequeños tiene una influencia irrelevante en la confrontación social en comparación con un escenario donde hay pocos grupos grandes, por ejemplo dos.
La importancia de saber quién gana
El modelo teórico desarrollado por IAE-CSIC considera dos tipos de ganancias en los conflictos étnicos que aúnan otros factores, como los políticos y los económicos.
Uno es de tipo económico y genera beneficios privados que solo disfrutan los vencedores del conflicto. Por lo tanto, cuanto mayor es el grupo, más posibilidad de victoria existe, pero menores son las ventajas que se obtienen.
El otro tipo es una ganancia de naturaleza pública porque beneficia a la totalidad del grupo con recompensas inmateriales, como la imposición sobre la sociedad de valores propios. En este caso, cuanto mayor es la victoria, mayor será el grupo que valorará estas políticas. Por ejemplo, como explica el grupo, la satisfacción por conseguir la legalización de los matrimonios homosexuales depende de cuántas personas se beneficien de las mayores libertades individuales.
El modelo teórico demuestra que la diversidad es una variable relevante cuando se persiguen fines privados y la polarización es importante en conflictos sobre cuestiones públicas. Los resultados previenen que la probabilidad de que un país polarizado étnicamente experimente conflicto en el período considerado es del 70%, mientras que en el caso de la diversidad es del 30%.
De la etnicidad a la religión
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, un tercio de los países mundiales se ha visto implicado en un conflicto civil, la mayoría de carácter étnico y religioso.
El próximo paso de este grupo de investigación del IAE-CSIC es pasar por el embudo del método científico el papel de la desigualdad económica en los conflictos. Esteban aclara que «a pesar de lo intuitivo que resulta, la evidencia empírica es ambigua e incluso contraria».
Aunque las revistas científicas no publiquen habitualmente trabajos de investigadores sociales, el artículo se incluye en un especial que Science dedica esta semana a los conflictos humanos. «Es muy estimulante comprobar que nuestro trabajo es valorado también desde criterios externos», confiesa Esteban.
El programa de investigación español cuenta con la participación del Plan Nacional, RecerCaixa y Axa Research Fund. El trabajo completo se publicará el próximo junio de 2012 en la revista American Economic Review.
Referencia bibliográfica:
Esteban, J.; Mayoral, L.; Ray, D. «Ethnicity and conflict: theory and facts». Science (336): 858-865, 17 de mayo de 2012. DOI: 10.1126/science.1222240
Agencia SINC | 17 mayo
Un equipo del Institut d’Anàlisi Econòmica (IAE-CSIC), distinguido como uno de los centros de excelencia Severo Ochoa, publica esta semana en Science un artículo sobre cómo influyen las divisiones étnicas en los conflictos civiles. Según los autores, estos grupos causan enfrentamientos solo en conjunción con otros factores, como los beneficios políticos y económicos.
«A pesar de la abundante evidencia del carácter étnico de muchos conflictos, la evidencia empírica era ambigua» dice a SINC Joan Esteban, investigador del IAE-CSIC y autor principal del estudio. El trabajo propone un modelo teórico nuevo para conocer de qué manera la estructura étnica de un país determina su potencial de conflictividad social.
Después de analizar datos de 138 países entre los años 1960 y 2008, el estudio concluye que la probabilidad de conflicto aumenta si lo hacen a la vez el número de grupos étnicos (diversidad) y los recursos económicos apropiables. A mayor diversidad, más difícil será cohesionar la sociedad, que estará fraccionada.
También hay más tendencia al conflicto en sociedades polarizadas en torno a grupos dominantes que pueden enfrentarse, y en las que además existe una fuerte represión de las libertades.
Desde la perspectiva de este estudio, que tiene en cuenta la diversidad y la polarización étnica, la abundancia de grupos pequeños tiene una influencia irrelevante en la confrontación social en comparación con un escenario donde hay pocos grupos grandes, por ejemplo dos.
La importancia de saber quién gana
El modelo teórico desarrollado por IAE-CSIC considera dos tipos de ganancias en los conflictos étnicos que aúnan otros factores, como los políticos y los económicos.
Uno es de tipo económico y genera beneficios privados que solo disfrutan los vencedores del conflicto. Por lo tanto, cuanto mayor es el grupo, más posibilidad de victoria existe, pero menores son las ventajas que se obtienen.
El otro tipo es una ganancia de naturaleza pública porque beneficia a la totalidad del grupo con recompensas inmateriales, como la imposición sobre la sociedad de valores propios. En este caso, cuanto mayor es la victoria, mayor será el grupo que valorará estas políticas. Por ejemplo, como explica el grupo, la satisfacción por conseguir la legalización de los matrimonios homosexuales depende de cuántas personas se beneficien de las mayores libertades individuales.
El modelo teórico demuestra que la diversidad es una variable relevante cuando se persiguen fines privados y la polarización es importante en conflictos sobre cuestiones públicas. Los resultados previenen que la probabilidad de que un país polarizado étnicamente experimente conflicto en el período considerado es del 70%, mientras que en el caso de la diversidad es del 30%.
De la etnicidad a la religión
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, un tercio de los países mundiales se ha visto implicado en un conflicto civil, la mayoría de carácter étnico y religioso.
El próximo paso de este grupo de investigación del IAE-CSIC es pasar por el embudo del método científico el papel de la desigualdad económica en los conflictos. Esteban aclara que «a pesar de lo intuitivo que resulta, la evidencia empírica es ambigua e incluso contraria».
Aunque las revistas científicas no publiquen habitualmente trabajos de investigadores sociales, el artículo se incluye en un especial que Science dedica esta semana a los conflictos humanos. «Es muy estimulante comprobar que nuestro trabajo es valorado también desde criterios externos», confiesa Esteban.
El programa de investigación español cuenta con la participación del Plan Nacional, RecerCaixa y Axa Research Fund. El trabajo completo se publicará el próximo junio de 2012 en la revista American Economic Review.
Referencia bibliográfica:
Esteban, J.; Mayoral, L.; Ray, D. «Ethnicity and conflict: theory and facts». Science (336): 858-865, 17 de mayo de 2012. DOI: 10.1126/science.1222240
1 comentario:
Bien, entonces los grandes medios de comunicación podían intentar aprender algo de este estudio, y no seguir con la cantinela de contar los efectos que les interesan como la causa de los problemas. Pero me temo que los medios están en otras cosas, en todas menos en hacer un periodismo serio.
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