La mujer, violada y víctima de trata de blancas, se acogió a la nueva ley de interrupción del embarazo
Alejandro Rebossio, Buenos Aires, 12 OCT. 2012
EL PAÍS
La secuestraron el pasado 28 de julio; la llevaron a la Patagonia y 
la obligaron a prostituirse. Logró escapar de la red de trata de 
blancas, pero había quedado embarazada. Quiso abortar porque ahora la 
ley de Argentina lo permite. Pero el alcalde de Buenos Aires, el 
conservador Mauricio Macri, anunció el día —el pasado martes— y el 
hospital en que se iba a llevar a cabo la interrupción del embarazo 
—Ramos Mejía— en un intento de boicotear la intervención, la primera que
 iba a practicarse con la nueva normativa. Un grupo ultraconservador 
católico recogió el guante: interpuso una orden judicial que logró 
paralizar la intervención cuando la paciente ya estaba en el quirófano 
después de entrar de malas maneras en su habitación del hospital.
Esta insólita situación ha generado múltiples problemas añadidos a la
 víctima, de 32 años. De entrada, ella quería guardar el anonimato, 
entre otras cosas porque su familia no estaba enterada, pero al pregonar
 el alcalde los detalles su intimidad ha quedado expuesta a la vista de 
todos.
Al día siguiente del anuncio del alcalde, la asociación católica Pro 
Familia acudió a un juzgado para impedir el aborto. También organizó 
manifestaciones en los domicilios del director del hospital y de la 
propia joven, pero ella estaba ingresada en el hospital y en su casa 
estaban sus padres, que hasta entonces no sabían que su hija estaba 
embarazada, según reveló su abogado, Carlos Lucero Paz. «El capellán del
 hospital, el padre Fernando, entró con la gente de Pro Familia a la 
habitación de la víctima, que está muy afectada por lo sucedido», 
comentó el letrado. Este periódico llamó a Pro Familia para conocer su 
versión de los hechos, pero no recibió respuesta.
La legalización del aborto continúa encendiendo polémica en 
Argentina. Desde 1920 el Código Penal permite las interrupciones 
voluntarias del embarazo en caso de peligro para la vida o la salud de 
la madre o si el embarazo proviene de una violación a una mujer «idiota o
 demente». Hasta marzo pasado, además, las embarazadas por una violación
 y con alguna discapacidad mental o menores de edad debían recurrir a la
 justicia para pedir permiso para la operación. Pero desde entonces ha 
dejado de ser así porque la Corte Suprema determinó que podía 
practicarse el aborto sin trámite judicial en todos los casos de 
violación, incluidas las de mujeres mentalmente sanas e incluso menores 
de edad. A partir de la sentencia del máximo tribunal de Argentina, la 
capital y cada una de las 23 provincias debían redactar sus protocolos 
para los llamados abortos no punibles.
De momento, solo cuatro provincias han redactado protocolos que se 
adecuan de forma correcta al fallo de la Corte Suprema, según la 
Asociación por los Derechos Civiles (ADC). Otros seis distritos, 
incluida la capital, redactaron los suyos, pero restringen lo estipulado
 por el tribunal, en el sentido de que limitan el aborto a las mujeres 
con incapacidad mental, según la ADC.
La oposición al alcalde Macri, integrada por el kirchnerismo, el 
centro y la izquierda, promovió una ley en el Poder Legislativo de 
Buenos Aires para permitir los abortos por violaciones en cualquier 
plazo y establecer que las menores de edad podían interrumpir sus 
embarazos sin consentimiento de sus padres. La ley se aprobó por 30 
votos a favor y 29 en contra. El pasado día 4 Macri anunció que vetaría 
la norma.
Un juez porteño rechazó el mismo día 5 la petición de Pro Familia, 
pero el pasado martes, el mismo día en que debía practicarse el aborto, 
una juez federal, Miriam Rustán de Estrada, lo frenó. «Fue un desastre. 
El daño psicológico y moral que le están provocando a mi cliente es 
inmenso», opina Lucero Paz. «Hay una cadena de responsabilidades y la 
hemos denunciado ante la justicia. La primera irresponsabilidad la 
cometió el alcalde, que para justificar el veto a la ley hizo público 
los datos del primer aborto no punible, y así incumplió los deberes de 
funcionario público. El director del hospital también los incumplió 
porque, ante las amenazas de Pro Familia, dio los datos de la paciente o
 permitió que se filtraran. La juez ha sido igualmente denunciada por 
prevaricación (al haber dictado presumiblemente una sentencia arbitraria
 a sabiendas de que lo es) y la asociación Pro Familia, por las amenazas
 contra la paciente cuando entraron en su habitación», detalló Lucero 
Paz.
  
Finalmente, la Corte Suprema autorizó el pasado jueves la operación, 
que se realizará en los próximos días. También insistieron los jueces en
 que estos casos no requieren trámite judicial.
La vicealcaldesa de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, defendió a su 
jefe: «Macri habló en términos generales, nunca dio el nombre de la 
víctima, no violó la confidencialidad de la paciente. Probablemente esta
 organización antiabortista hubiera presentado igualmente una petición 
de medida cautelar», comentó.
Mientras tanto, en el Congreso argentino siguen paralizados los 
proyectos de ley para ampliar la despenalización de la interrupción del 
embarazo. El Poder legislativo nacional está dominada por el 
kirchnerismo, algunos de cuyos representantes apoyan las iniciativas, 
pero no todos, incluida la propia presidenta, Cristina Fernández de 
Kirchner, quien, en el libro La Presidenta, de Sandra Russo, confiesa 
que se resiste porque padeció un aborto espontáneo cuando llevaba seis 
meses de embarazo: «Algo como eso no se lo deseo ni al peor de mis 
enemigos. El recuerdo de ese embarazo que perdí me moviliza mucho. Pero 
tampoco me pongo en una cruzada, hay que respetar las opiniones de 
todos. Yo no estoy de acuerdo con el aborto, pero no digo que tengo 
razón».

4 comentarios:
En Argentina son grupúsculos de ultracatólicos violentos los que irrumpen en los quirófanos para impedir que las mujeres ejerzan su derecho de abortar.
En España, dentro de poco, Gallardón hará que sean los antidisturbios los que irrumpan en los quirófanos porra en mano para disolver al equipo médico y llevarse a la embarazada a rastras.
No hay cosa más insoportable que unos antiabortistas recién comulgados. Sobre este tema del aborto ya he puesto varias entradas, y en una tuve una pelea con uno de estos elementos, y te aseguro son insoportables:
http://losdeabajoalaizquierda.blogspot.com.es/2009/10/obispos-aborto-y-castidad.html
Y sus argumentos se basan en datos obtenidos por abortistas, y no lo contrario:
http://losdeabajoalaizquierda.blogspot.com.es/2012/01/la-actividad-cerebral-en-fetos-humanos.html
Krates:
Los argumentos pseudocientíficos que dan los antiabortistas ultracatólicos son auténticamente inenarrables. Sostienen tal cúmulo de disparates que simplemente no sabría por dónde comenzar a criticarle. Tienes razón. Es imposible discutir con quien ha abjurado por completo de utilizar la razón y en cambio prefiere creer en una verdad supuestamente revelada por seres invisibles a popes empurpurados. Sólo hay una cosa más insoportable que un abortista recién comulgado: un neoliberal recién comulgado (claro que generalmente suelen ser los mismos).
En mi blog (perdón por la publicidad) he hecho una reseña, o más bien un resumen, de una solidísima postura pro-elección defendida por un filósofo estadounidense:
Una defensa filosófica del aborto: David Boonin
Gracias por tu «publicidad», me he permitido la libertad de poner tu texto integro en nuestro blog:
http://losdeabajoalaizquierda.blogspot.com.es/2012/10/una-defensa-filosofica-del-aborto-david.html
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