Reciente información que agencias de espionaje de los Estados Unidos han comenzado a apoyar a escondidas a milicias "rebeldes" en Siria apunta a que este país imperialista acelera sus planes para apoderarse de aquella nación.
Ayer, dos de agosto, aparecieron videos donde "rebeldes" sirios asesinaban a los soldados del gobierno que habían capturado en Alepo. También se supo que el presidente Barak Obama a principios de este año había firmado una orden autorizando la distribución de información secreta a las fuerzas opuestas a Assad. Washington también participa en la distribución de armas y dinero donado por sus aliados derechistas del Medio Oriente: Turquía, Arabia Saudita y Qatar.
Ninguno de esos países representa la continuación de la "primavera árabe", la ola de levantamientos revolucionarios de la clase trabajadora que derrocó a dictaduras apoyadas por Estados Unidos en Túnez y Egipto el año pasado. Esa rebelión también llenó de terror a Estados Unidos y a sus aliados del Medio Oriente: gobiernos que juntos están librando una guerra reaccionaria para derrocar a presidente sirio, Bashar al-Assad, e instalar un régimen títere, bajo control norteamericano.
Estados Unidos estableció la comandancia de la insurgencia de Siria en Adana, Turquía, donde también se halla la base aérea de Incirlik, importante aeropuerto militares y centro de espionaje situado a sólo 60 kilómetros de la frontera con Siria. A través de esta región del sur de Turquía se trafican armamentos y combatientes que cruzan la frontera con Siria para luchar del lado estadounidense.
Los sirios "rebeldes" actúan bajo instrucciones del gobierno en Washington. Las fuerzas estadounidenses se comunican regularmente a través de sus aliados con las fuerzas "rebeldes" dentro de Siria, proporcionándoles informes sobre movimientos de tropas sirias.
Combatientes islámicos llegan de otras regiones del Medio Oriente, a unirse a la lucha en Siria; vienen Afganistán e Irak -todavía bajo ocupación norteamericana-del régimen pelele de Libia, así como de Argelia, Chechenia y Pakistán. Ex funcionarios de Operaciones Especiales de EE.UU. le han dicho a los periódicos que muchos de los que llegan lo hacen con la ayuda de Al Qaeda en Siria, que se basa en los servicios de "traficantes-algunos alineados ideológicamente, otros seducidos con dinero".
La prensa estadounidense, cómoda en su mundo orwelliano, no tiene la menor intención de resolver la contradicción de Washington que por un lado dice ocupar a Afganistán simplemente para librar una "guerra contra el terrorismo" de Al Qaeda, y por el otro lado establece una alianza de facto con Al Qaeda en Siria.
El presidente Obama miente cínicamente cuando dice Estados Unidos está cooperando sólo con asistencia que no es mortífera en la lucha contra las fuerzas de Assad. En verdad Estados Unidos participa indirectamente en una brutal guerra civil que ha costado decenas de miles de vidas y ha desplazado a cientos de miles de personas.
El objetivo de instalar un régimen títere en Damasco es separar a Irán de su aliada, Siria, parte del plan de guerra contra Irán. También se trata de eliminar a un enemigo potencial de Israel, y avanzar el programa imperialista estadounidense de dominación total del Medio Oriente. Este tablero de guerra-elaborado a través de una década en Irak y Afganistán-ahora se intensifica con las guerras en Libia y Siria. Impulsada por los levantamientos populares del año pasado en el norte de África, la estrategia imperial es profundamente impopular entre las clases obreras de Estados Unidos y el mundo.
El apoyo oculto de Washington a los sirios "rebeldes" pone al descubierto el papel de la pseudo izquierda proimperialista: grupos como la Organización Socialista Internacional (OSI) en los Estados Unidos, el Socialist Workers Party (SWP) en Gran Bretaña y el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) en Francia, que han fomentado la guerra en Siria. Su "izquierdismo" equivale a nada más que dar el visto bueno-un carné izquierdista-a los crímenes del imperialismo americano y europeo.
La OSI no vacila en declarar su apoyo a la intervención. Según un artículo de Yusuf Khalil y Lee Sustar en la publicación de la OSI: Socialist Worker: "El ascendente papel de la lucha armada plantea disyuntiva de si aceptar o no aceptar las armas y el apoyo de Occidente... Mientras que muchos en el movimiento revolucionario de Siria se oponen a los Estados Unidos y la intervención occidental, van a acabar aceptando toda la ayuda que puedan atraer. "
Tales argumentos, que nunca analizan las supuestas fuerzas revolucionarias, son increíblemente cínicos. ¿Desde cuándo han constituido la CIA, el fundamentalismo islámico y los altos mandos del ejército turco una fuerza de liberación? En verdad, la OSI habla en nombre de la facción proimperialista de la "izquierda" pequeña burguesa.
Es absurdo que trate de tomar la pose de organización de izquierda. Lo que más le preocupa acerca de la intervención de EE.UU. en Siria es que "el apoyo de EE.UU. beneficiará a su gente y marginará a las demás, aun cuando esto signifique fragmentar las fuerzas revolucionarias."
¿A qué "fuerzas revolucionarias" se refiere Sustar?: A una colección de milicias, que incluye la 'gente' de la CIA [así lo admite él]; varios agentes de Al Qaeda; y los nefastos elementos de la sociedad siria que éstas han atraído a sí mismas. Al tratar de disimular el carácter reaccionario de estas fuerzas, llamándolas 'revolucionarias', Sustar simplemente funciona como 'agente de izquierda 'del Departamento de Estado.
Sustar no deja de alabar a la OSI como gente "de principios antiimperialistas que es capaz de 'dar una de cal y una de arena': la 'cal' de la revolución en Libia y Siria contra regímenes dictatoriales, en combinación con la 'arena' de oponerse a la intervención de los EE.UU. y sus aliados imperialistas".
Ese pútrido comentario da en el blanco de la política de la OSI y de toda la pequeña burguesía de seudoizquierda. Para Sustar es algo positivo que la OSI pueda "dar una de cal y una de arena".
Es posible descubrir con gran precisión la orientación de clase de organizaciones políticas examinando su práctica internacional; tal ejercicio para Siria revela que la OSI y sus socios internacionales no son nada más que agencias públicas del imperialismo.
Ninguno de esos países representa la continuación de la "primavera árabe", la ola de levantamientos revolucionarios de la clase trabajadora que derrocó a dictaduras apoyadas por Estados Unidos en Túnez y Egipto el año pasado. Esa rebelión también llenó de terror a Estados Unidos y a sus aliados del Medio Oriente: gobiernos que juntos están librando una guerra reaccionaria para derrocar a presidente sirio, Bashar al-Assad, e instalar un régimen títere, bajo control norteamericano.
Estados Unidos estableció la comandancia de la insurgencia de Siria en Adana, Turquía, donde también se halla la base aérea de Incirlik, importante aeropuerto militares y centro de espionaje situado a sólo 60 kilómetros de la frontera con Siria. A través de esta región del sur de Turquía se trafican armamentos y combatientes que cruzan la frontera con Siria para luchar del lado estadounidense.
Los sirios "rebeldes" actúan bajo instrucciones del gobierno en Washington. Las fuerzas estadounidenses se comunican regularmente a través de sus aliados con las fuerzas "rebeldes" dentro de Siria, proporcionándoles informes sobre movimientos de tropas sirias.
Combatientes islámicos llegan de otras regiones del Medio Oriente, a unirse a la lucha en Siria; vienen Afganistán e Irak -todavía bajo ocupación norteamericana-del régimen pelele de Libia, así como de Argelia, Chechenia y Pakistán. Ex funcionarios de Operaciones Especiales de EE.UU. le han dicho a los periódicos que muchos de los que llegan lo hacen con la ayuda de Al Qaeda en Siria, que se basa en los servicios de "traficantes-algunos alineados ideológicamente, otros seducidos con dinero".
La prensa estadounidense, cómoda en su mundo orwelliano, no tiene la menor intención de resolver la contradicción de Washington que por un lado dice ocupar a Afganistán simplemente para librar una "guerra contra el terrorismo" de Al Qaeda, y por el otro lado establece una alianza de facto con Al Qaeda en Siria.
El presidente Obama miente cínicamente cuando dice Estados Unidos está cooperando sólo con asistencia que no es mortífera en la lucha contra las fuerzas de Assad. En verdad Estados Unidos participa indirectamente en una brutal guerra civil que ha costado decenas de miles de vidas y ha desplazado a cientos de miles de personas.
El objetivo de instalar un régimen títere en Damasco es separar a Irán de su aliada, Siria, parte del plan de guerra contra Irán. También se trata de eliminar a un enemigo potencial de Israel, y avanzar el programa imperialista estadounidense de dominación total del Medio Oriente. Este tablero de guerra-elaborado a través de una década en Irak y Afganistán-ahora se intensifica con las guerras en Libia y Siria. Impulsada por los levantamientos populares del año pasado en el norte de África, la estrategia imperial es profundamente impopular entre las clases obreras de Estados Unidos y el mundo.
El apoyo oculto de Washington a los sirios "rebeldes" pone al descubierto el papel de la pseudo izquierda proimperialista: grupos como la Organización Socialista Internacional (OSI) en los Estados Unidos, el Socialist Workers Party (SWP) en Gran Bretaña y el Nuevo Partido Anticapitalista (NPA) en Francia, que han fomentado la guerra en Siria. Su "izquierdismo" equivale a nada más que dar el visto bueno-un carné izquierdista-a los crímenes del imperialismo americano y europeo.
La OSI no vacila en declarar su apoyo a la intervención. Según un artículo de Yusuf Khalil y Lee Sustar en la publicación de la OSI: Socialist Worker: "El ascendente papel de la lucha armada plantea disyuntiva de si aceptar o no aceptar las armas y el apoyo de Occidente... Mientras que muchos en el movimiento revolucionario de Siria se oponen a los Estados Unidos y la intervención occidental, van a acabar aceptando toda la ayuda que puedan atraer. "
Tales argumentos, que nunca analizan las supuestas fuerzas revolucionarias, son increíblemente cínicos. ¿Desde cuándo han constituido la CIA, el fundamentalismo islámico y los altos mandos del ejército turco una fuerza de liberación? En verdad, la OSI habla en nombre de la facción proimperialista de la "izquierda" pequeña burguesa.
Es absurdo que trate de tomar la pose de organización de izquierda. Lo que más le preocupa acerca de la intervención de EE.UU. en Siria es que "el apoyo de EE.UU. beneficiará a su gente y marginará a las demás, aun cuando esto signifique fragmentar las fuerzas revolucionarias."
¿A qué "fuerzas revolucionarias" se refiere Sustar?: A una colección de milicias, que incluye la 'gente' de la CIA [así lo admite él]; varios agentes de Al Qaeda; y los nefastos elementos de la sociedad siria que éstas han atraído a sí mismas. Al tratar de disimular el carácter reaccionario de estas fuerzas, llamándolas 'revolucionarias', Sustar simplemente funciona como 'agente de izquierda 'del Departamento de Estado.
Sustar no deja de alabar a la OSI como gente "de principios antiimperialistas que es capaz de 'dar una de cal y una de arena': la 'cal' de la revolución en Libia y Siria contra regímenes dictatoriales, en combinación con la 'arena' de oponerse a la intervención de los EE.UU. y sus aliados imperialistas".
Ese pútrido comentario da en el blanco de la política de la OSI y de toda la pequeña burguesía de seudoizquierda. Para Sustar es algo positivo que la OSI pueda "dar una de cal y una de arena".
Es posible descubrir con gran precisión la orientación de clase de organizaciones políticas examinando su práctica internacional; tal ejercicio para Siria revela que la OSI y sus socios internacionales no son nada más que agencias públicas del imperialismo.
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