Al Mukawama - Resistencia
La brutal agresión aérea, naval y terrestre de las potencias imperialistas de la OTAN sobre la pequeña Libia ha provocado el colapso completo del Estado, el fin de la unidad territorial y social de su población, la fragmentación del poder en multitud de bandas, grupos y tribus muchas veces enfrentados entre si, el saqueo de sus recursos financieros y naturales, la destrucción de su rol unificador en África, el fin de un país independiente a las orillas del Mediterráneo, el nacimiento de un centro de desestabilización para todo el norte de Africa enfilado en contra de todos sus vecinos, la captura por los grandes monopolios petroleros de un miembro de la OPEP lo que les permite influenciar en la política mundial de hidrocarburos.
Libia ya no existe como Estado ni como país aunque mantiene la ficción de una bandera (por cierto de claro aroma monárquico y neocolonial), de unas fronteras (sobre las que nadie tiene control), de presencia en organismos internacionales (que ya nada sirven) y de una capital cuya realidad es inexistente ya que el poder se reparte entre otras ciudades, aldeas y oasis.
Junto al fin de la paz civil, ha terminado el respeto a las minorías, la práctica de un Islam tolerante, la seguridad, la libertad de circulación y el Estado de derecho. Se enfrentan a tiros bandas salafistas financiadas por el emirato feudal de Qatar, de los Hermanos Musulmanes y Al Qaeda apoyados por los EEUU, las Hermandades sufíes que apoyaron la monarquía de los Senusis y que formaron el extinto CNT del renegado Abdeljalil controlados por los servicios británicos MI5 y MI6 bajo influencia del partido turco AKP. El supuesto jefe de un ejército que no existe es el agente de la CIA Hifter cuya verdadera residencia está a las afueras de la base de la CIA en Langley. El presidente del parlamento es otro agente de servicios imperialistas Al-Magaryef. El primer ministro es un empleado de Exxon Mobil Adelrahim al-Kib.
La mayoría de la población está al margen de estas bandas armadas fanáticas y drogadas y apoya la reconquista de la independencia y a los grupos clandestinos de la Resistencia Verde que reivindican la herencia del líder Gadafi y del régimen de democracia directa [?] de la Yamahiriya árabe libia popular socialista.
Libia es un agujero negro cósmico que se empieza a tragar a sus propios verdugos, como el embajador norteamericano y los marines que lo escoltaban y que preferían jugar a video-juegos que vigilar al monstruo extremista que ellos mismos han puesto al mando de ese desorden infinito.
La brutal agresión aérea, naval y terrestre de las potencias imperialistas de la OTAN sobre la pequeña Libia ha provocado el colapso completo del Estado, el fin de la unidad territorial y social de su población, la fragmentación del poder en multitud de bandas, grupos y tribus muchas veces enfrentados entre si, el saqueo de sus recursos financieros y naturales, la destrucción de su rol unificador en África, el fin de un país independiente a las orillas del Mediterráneo, el nacimiento de un centro de desestabilización para todo el norte de Africa enfilado en contra de todos sus vecinos, la captura por los grandes monopolios petroleros de un miembro de la OPEP lo que les permite influenciar en la política mundial de hidrocarburos.
Libia ya no existe como Estado ni como país aunque mantiene la ficción de una bandera (por cierto de claro aroma monárquico y neocolonial), de unas fronteras (sobre las que nadie tiene control), de presencia en organismos internacionales (que ya nada sirven) y de una capital cuya realidad es inexistente ya que el poder se reparte entre otras ciudades, aldeas y oasis.
Junto al fin de la paz civil, ha terminado el respeto a las minorías, la práctica de un Islam tolerante, la seguridad, la libertad de circulación y el Estado de derecho. Se enfrentan a tiros bandas salafistas financiadas por el emirato feudal de Qatar, de los Hermanos Musulmanes y Al Qaeda apoyados por los EEUU, las Hermandades sufíes que apoyaron la monarquía de los Senusis y que formaron el extinto CNT del renegado Abdeljalil controlados por los servicios británicos MI5 y MI6 bajo influencia del partido turco AKP. El supuesto jefe de un ejército que no existe es el agente de la CIA Hifter cuya verdadera residencia está a las afueras de la base de la CIA en Langley. El presidente del parlamento es otro agente de servicios imperialistas Al-Magaryef. El primer ministro es un empleado de Exxon Mobil Adelrahim al-Kib.
La mayoría de la población está al margen de estas bandas armadas fanáticas y drogadas y apoya la reconquista de la independencia y a los grupos clandestinos de la Resistencia Verde que reivindican la herencia del líder Gadafi y del régimen de democracia directa [?] de la Yamahiriya árabe libia popular socialista.
Libia es un agujero negro cósmico que se empieza a tragar a sus propios verdugos, como el embajador norteamericano y los marines que lo escoltaban y que preferían jugar a video-juegos que vigilar al monstruo extremista que ellos mismos han puesto al mando de ese desorden infinito.
[?] Hasta yo mismo dudo que la Libia de Gadafi
fuese una democracia directa o popular socialista.
(KRATES)
fuese una democracia directa o popular socialista.
(KRATES)
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