(Este artículo ha sido publicado en
El Huffignton Post el 22/09/2012)
El Huffignton Post el 22/09/2012)
Por Ignacio Muro Benayas
Miembro de Economistas Frente a la Crisis
Ni el seguro de paro ni los fondos del FORCEM para
la formación, gestionados por sindicatos y empresarios, son
subvenciones. Son recursos que surgen de los propios trabajadores,
cantidades previamente detraídas de sus cotizaciones. No importa, se
seguirá oyendo como les llaman subvenciones. Se trata de insertar en la cabeza de la gente la idea de que todo lo que supone el derecho del trabajo es un mundo declinante, antiguo, mientras que los empresarios crean futuro y riqueza, compiten sanamente, sin ayudas.
No se deje engañar. Si quiere conocer
donde se irán nuestros próximos dineros apunte a Eurovegas, el mejor
ejemplo de cómo un gran empresario puede conseguir rendimientos del 20% sobre una inversión, sin arriesgar recursos propios.
Lo que nos enseña la historia reciente
Una de las leyes no escritas de la
globalización es que un elemento determinante para decidir el
asentamiento de las grandes inversiones es el tamaño de las ayudas
públicas que reciben. En palabras de Robert Reich, el que fuera Ministro
de Trabajo de EEUU con Bill Clinton, incluidas en su libro El Trabajo de las Naciones:
“Los políticos que gestionan los
estados, las ciudades y las naciones compiten entre sí por captar
grandes inversiones, especialmente en momentos de recesión enconomica.
La posibilidad de una nueva fábrica en la región desata una feroz
competencia(…) y una serie de apasionadas rondas de negociación (…) que
deriva en una carrera por ofrecer las mejores condiciones (y las mayores
subvenciones)” (Robert Reich.)
Despues de analizar multitud de casos,
el autor perfila las pautas comunes, ocultas tras una montaña de
opacidad, que comparten esas inversiones de relumbrón.
Pocas veces se conocen los detalles. La verdad solo trasluce en
aquellos casos en los que algún periodista (valiente) lo revela o alguna
empresa perjudicada lo denuncia a los Tribunales de la Competencia. Un
ejemplo típico fue el caso Daewo en el País Vasco en 1997, cuyas
subvenciones fueron declaradas ilegales
por los tribunales europeos en contestación a una demanda presentada
por los fabricantes de electrodomesticos competidores (Siemens y
Electrolux).
La comunicación, soporte de la estrategia empresarial
Lo cierto es que las estrategias de estas operaciones se han hecho cada vez más sofisticadas, cuidadosamente preparadas por profesionales del management y la comunicacción en un mix que demuestra que ésta, la comunicación, es en el mundo moderno, cada vez más, un factor de plusvalía.
Mientras se ultima lo principal, los dineros, lo cuantitativo, la
batalla de la opinión publica es decisiva para contrarrestar los
rechazos, con múltiples “noticias”, preparadas por gabinetes, dispuestas
a resaltar las ventajas cualitativas que la inversión aporta a la
localidad elegida, a la que inyecta un know how de primer nivel
y oportunidades innovadoras para su industria (turística, en este
caso). Un torrente informativo ocultará sus efectos negativos (cualquier
contaminación fisica o moral, cualquier coste externo indirecto),
neutralizando las alusiones a prostitutas o al juego.
El juego del gato y el ratón
Pero la batalla decisiva se juega en la
capacidad del inversor para trasladar costes y riesgos a las
instituciones publicas. ¿Cómo lo consiguen? Si quiere profundizar en
los números de Eurovegas husmée en este completo informe económico y fiscal; si quiere comprender como funcionan estas operaciones siga leyendo.
1- En primer lugar, es esencial inflar el tamaño del proyecto
con un doble propósito: de un lado, alimentar el ego y las expectativas
de los políticos y la imaginación de los comerciantes, empresarios y
ciudadanos locales; de otro, justificar la sobretasación oficial, es decir, aumentar la base sobre la que se calcularán las subvenciones y las aportaciones de “los otros”.
Requiere airear
(filtrar a los medios), como ha hecho LVS la gestora de Eurovegas,
cifras desorbitadas y crecientes sobre el total de la inversión (entre
17.000 millones de € según LVS y 26.000 según el gobierno regional), o sobre
la creación estimada de empleo directo e indirecto (260.000 empleos),
o el numero de edificios (12 complejos hoteleros) y del numero de
habitaciones (36.000 nuevas plazas). Y por supuesto, exagerar los metros
cuadrados que precisarán (12 millones de m2 ofrece el municipio de
Alcorcón)
2- El segundo es
encontrar dos competidores que se encelen con el proyecto, con políticos
en apuros (hay muchos) dispuestos a otorgar un “interés público” a la operación. Conseguido
esto,es facil elevar la puja con una campaña adecuada de comunicación,
aireando cada mejora ofrecida por uno para presionar al otro. Pronto
debe quedar claro que están igualados, y que se llevará el proyecto el que haya comprometido más dinero público, bien en forma de crédito fiscal, en terrenos o financiación directa. En definitiva, que no hay otro criterio de mayor peso.
3- Decidida la
candidatura ganadora, con los politicos públicamente comprometidos y
exultantes… empieza la verdadera negociación sobre la financiación. Si el proyecto está suficientemente hinchado y se ha cumplido el objetivo de sobretasación,
es posible que cuando consiga comprometer la financiación ajena que
precisa (el 65% de la primera fase en este caso), haya conseguido
realmente mucho más, alrededor de un 90% de lo que realmente necesita.
¿Aportará el resto de
los fondos LVS? No lo asegure. Lo normal es que cuando le pidan que
concrete su aportación (que despues de la manipulación de cifras
representará alrededor del 10% del valor real) manifieste que su
aportación es el diseño del proyecto o su know how como gestor. O solicite, como ha hecho, que el Estado le avale un credito de 25 millones al Banco Europeo de Inversiones.
Muchos años después…
Las cifras del caso Daewo aportan algo de luz. Sumando el crédito fiscal por exenciones y bonificacioones de impuestos durante los primeros años, (el 45% de la inversión estimada), más una concesión de derechos de uso sobre suelo en condiciones muy ventajosas, (500.000 m2, cinco veces más de lo que después se demostró que necesitaba) y el efecto de la sobretasación, se alcanzaba cerca del 100% de la inversión efectiva,
según los demandantes. Cuando, 14 años despues, el Tribunal de
Estrasburgo obligó a devolver el exceso cobrado Daewo respondió con el cierre de las instalaciones en 2011.
La experiencia del Parque Warner, Terra Mítica, Isla Mágica,
que siguen compensando pérdidas con subvenciones, o los ajustes de
plantilla realizados por los casinos de Torrelodones y Aranjuez, después
de constatar descensos del 45% en sus ingresos, muy dependientes de la
alegría consumista, avanza un futuro inquietante. Eso sí, es posible que
tardemos muchos años en descubrir el tamaño de la estafa politica y
económica de la que hemos sido objeto.
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