[Y peor proseguimos... La Iglesia no pierde comba. Soy consciente que esto lo publica El Mundo porque teme que el 15-M y sus secuelas no sea más que una estrategia de los partidos de izquierda para luchar contra la previsiblemente abultada abstención juvenil de cara a las elecciones del domingo. Pero hay que ser cautos y saber con quién se anda uno si queremos que la 'Spanish Revolution' no sea un procesión más bajo la batuta de ciertos poderes.]
Piden el apoyo público de los obispos
Madrid.- Muchos creyentes y militantes de Acción Católica están entre los organizadores de la protesta de los 'indignados' en la Puerta del Sol.
La Iglesia católica no es ajena al movimiento de protesta que recorre el país y se asienta, como símbolo, en la acampada de la madrileña Puerta del Sol. Hay muchos católicos no sólo entre los participantes, sino también entre los organizadores de las manifestaciones del pasado día 15 y de las acampadas de Madrid y de otras ciudades españolas.
Cristianos de parroquia, sensibilizados con lo social, y, sobre todo, militantes de los movimientos juveniles de Acción Católica. Unos y otros aseguran que se trata de "una protesta para buscar la dignidad" y hasta piden una mayor implicación a los obispos.
"Hay militantes de la Juventud Obrera Cristiana (JOC) participando activamente y apoyando las demandas del movimiento en diversas partes del país", asegura Saúl Pérez, presidente de la JOC. En parecidos términos se pronuncia María Ángeles Blázquez, la presidenta general de la Juventud Estudiante Católica (JEC): "Nuestros militantes están implicados en la organización de esta movida y, sobre todo, en la lucha por los ideales que la sustentan".
María Ángeles Blázquez siente "admiración ante las protestas y una sensación de 'ya iba siendo hora' o de 'menos mal' que por fin se ha producido la movilización social". Saúl Pérez también se muestra encantado con "una protesta que busca la dignidad y que está muy en línea con nuestra tarea y con nuestra misión dentro de la Iglesia y como seguidores del Evangelio de Jesús".
Según el presidente de la JOC, se trata de "una reacción normal ante la situación social y laboral que estamos viviendo. Una reacción debida, en una parte, al desencanto hacia la clase política y, en la otra, a una protesta ante un sistema ineficaz en el ámbito social". Para la presidenta de la JEC, se trata de "dotar de valores éticos lo social y lo político y demostrar que los ciudadanos tenemos una responsabilidad que va más allá de los partidos políticos. Lo indignante era que nos pareciese normal vivir en estas condiciones".
El latido de los valores del Evangelio
Ambos dirigentes católicos coinciden en que en la base del movimiento del 15-M laten muchos de los grandes valores fundamentales del cristianismo. Y, como referentes inmediatos, señalan el libro de Stephane Hessel 'Indignaos', la carta de José Luis Sampedro, el desencanto político y la búsqueda de protagonismo social y político de los jóvenes.
En cambio, discrepan en cuanto al apoyo y a la presencia de la jerarquía de la Iglesia en las protestas. A Saúl Pérez le gustaría que "los obispos se pronunciasen más en estos temas, porque, a veces, sus mensajes no están en sintonía con los problemas sociales actuales". María Ángeles Blázquez, sin embargo, piensa que "Iglesia somos todos los católicos y, por lo tanto, los obispos no tienen por qué estar en todos los sitios".
A su juicio, a la Iglesia católica no le hace falta salir en la foto, para demostrar que apuesta por los más débiles y los más pobres, porque ella "se posiciona con hechos, ayudando a los parados y a los pobres, por medio de Cáritas, Manos Unidas y un sinfín de asociaciones socio-caritativas".
Ni ayer ni hoy los obispos han querido pronunciarse oficialmente sobre las protestas. Sin embargo, la directora de comunicación de la Jornada Mundial de la Juventud, que se va a celebrar en Madrid el próximo mes de agosto con la presencia del Papa, se muestra cercana al movimiento juvenil. "La Jornada Mundial de la Juventud no tiene una postura oficial, porque los jóvenes son plurales en su pensamiento y su sensibilidad. Pero es fácil compartir la inquietud por construir entre todos un mundo mejor, siempre por vías pacíficas y respetuosas con todos".
6 comentarios:
La Iglesia católica está metida en todas partes, y sus sectores «progres» se inmiscuyen en las organizaciones izquierdistas. Recuerdo cuando existía el movimiento antimilitarista de Insumisión (yo fuí uno de ellos), la gente de Justicia y Paz estaban metidos en el Movimiento de Objeción de Conciencia (MOC). Y más tarde cuando se forma en la Plataforma Ciudadana pro-Insumisión de Valladolid, también había cristianos de la JOC-E, junto a gente de lo más variada desde CGT, CNT, UPC, PCPE, COSAL...
Y si vamos más atrás, recordemos a los «curas obreros» que apoyaban en la clandestinidad a la oposición antifranquista. Sin olvidar que una de las primeras instituciones en romper con el régimen fue la misma Iglesia católica, despues de haber sido uno de sus pilares. O las raíces cristianas de CCOO.
Los católicos están en todas partes, y el clero se aporvecha de ello. Ya veremos como acaba este «movimiento» juvenil.
¿Y el problema de que participen asociaciones católicas es...? Ni que ser católico incapacitara para tener conciencia social. No será, quizás, el caso de estas organizaciones, pero sus creencias son perfectamente compatibles con el anarquismo (que, por otra parte y lamentándolo mucho, no es el "motor" ideológico de este movimiento, al menos conscientemente. Digo esto último porque parece evidente que el modo en que se están llevando las cosas, por medio de asambleas, confiando en el poder de la gente por encima de las resoluciones de la Junta Electoral... tienen mucho de libertario).
El problema es que si el modelo social del capitalismo liberal es la sociedad con trabajo precario, paro y miseria que padecemos, el de la Iglesia Católica es aún más retrógrado: oscurantismo religioso, persecución a la ciencia y al libre pensamiento, represión sexual, machismo, incultura, etc. La Iglesia apoya cualquier protesta contra el capitalismo liberal porque la burguesía le quitó la hegemonía de la que gozaba en la sociedad preindustrial.
Estas últimas movilizaciones, que están caldeando el panorama político y social español, son una protesta contra el capitalismo y la precariedad en la que no está metiendo.
Que haya o no cristianos, es secundario, ya los hubo en otros momentos. Lo que llama más la atención es que la Iglesia es una institución, con casi dos mil años de antigüedad, que «se las sabe todas». Saben el lugar, el momento y la gente que tienen que tener y apoyar ante las circunstancias, y saben como adaptarse a ellas. Y no es de extrañar que de esta gran contestación popular, juvenil, ante todo, y verdaderamente democrática, el clero católico intente sacar provecho. Como ha venido siempre haciendo a lo largo de la Historia.
Y, ¡sí!, como dice el compañero Sorrow, el clero católico quiere intentar volver a tener la hegemonía social que tuvo en el pasado. Y hace lo que sea para volver a conseguirlo.
Vale, vale... Lo reconozco: ir de mani con católicos no está tan mal. Puesto que siempre piden que el obispo bendiga la protesta, si la policía te mata a palos al menos te libras de ir al infierno.
«¡Pues yo quiero ir al infierno con Bakunin y otros ateos!»
http://losdeabajoalaizquierda.blogspot.com/2009/04/terceras-jornadas-ateas-y-blasfemas.html
«Los creyentes que se vayan al Cielo con su Dios y demás gente aburrida.» :-)
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