París, 1º de Mayo de 1919. |
«Orgullo» es el sentimiento de vanagloriarse por tener unas cualidades supuestamente superiores a los demás. En otras palabras, arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia.
«Proletariado» es la clase social que vende su fuerza de trabajo a la clase social poseedora de los medios de producción: la burguesía. Es decir, que depende necesariamente de los gustos y caprichos de los burgueses para sobrevivir.
«Sentirse orgulloso de ser proletario», «orgullo obrero», «obreros y orgullosos», «somos la clase obrera, la working class», «working class pride»,... es lo mismo que decir que le encanta a uno servir a otro, depender de él para vivir.
¿De dónde ha salido eso del «orgullo obrero»? Es una postura servil, lacayuna,... cuando lo que se debería perseguir es la eliminación de las relaciones de producción capitalista y de la propiedad privada. ¿Dónde quedó ese objetivo de las ideas socialistas de todo tipo de conseguir una sociedad sin clases? ¿Por qué estar orgulloso de algo que te viene impuesto y donde no hay posibilidad de elección?
Respondiendo a esta última pregunta, que un obrero diga que está orgulloso de serlo es tan estúpido como que un pelirrojo vaya gritando «orgullo pelirrojo» (aplíquese a cualquier color de pelo o de piel), que un enfermo de gripe proclame el «orgullo griposo» o que, en pleno siglo XXI, aún haya quien presuma de su orgullo «X» (sustitúyase «X» por la raza, etnia o nacionalidad que se desee).
Si lo que quieren decir es que se sienten orgullosos de hacer un trabajo útil a la sociedad, frente a otros inútiles como el de los sacerdotes, militares y políticos, que lo digan claramente. Pero que no mezclen churras con merinas, mejor dicho, pollinos con berracos que son especies diferentes.
El mundo está lleno de obreros que quieren ser empresarios, muy raro es el caso del empresario, banquero o político que quiere cambiar su despacho por un andamio; lo más parecido a eso sería el caso de Gerardo Iglesias, el hombre que al abandonar la Secretaría General del PCE volvió a la mina.
Los ricos no hablan de orgullo, son más listos; cuanto menos toquen el tema de las clases, mejor para ellos: si, por el contrario, insistiesen mucho en remarcar su posición de dominio, a lo mejor los apacibles obreros «orgullosos» se convertirían en obreros cabreados, los cuales son el verdadero peligro.
Cuanto más felices estemos por ser los tontos que reciben todas las hostias, el poder (político, económico, ideológico,..., El Poder a fin de cuentas) menos tendrá que temer. A mí el «orgullo obrero» me recuerda mucho a las religiones, es aquello de «aguanta todo lo que te caiga, que al final serás recompensado... en otra vida», porque ésta ya está perdida. Peor aún si sabemos que solo tenemos esta vida que la otra es una invención de los sacerdotes para vivir del cuento.
Aunque, visto desde otro punto de vista, si seguimos con nuestro orgullo, todos seremos más felices... los esclavos contentos, y los amos muertos de risa.
El Aullido, nº 21. Junio 2007.
11 comentarios:
no me jodais. Lo obreros hemos hecho el mundo, no nos sntimos eclavos y para nada inutiles. Somos los "hacedores" de la sociedad actual, y , lamentablemente, somos unos putos esclavos. Para nada sirve considearnos imbeciles, ante todo sumisos(no nos queda otro remeddio), pero.
Protestamos.ante todo.
Vale, entonces no eres un obrero orgulloso sino un obrero cabreado. Y como hemos dicho en el artículo, los obreros cabreados sí son el verdadero peligro para el poder.
Ah, bienvenido al blog, que es lo primero que tendría que haber dicho pero se me estaba olvidando. Lo dicho, un saludo.
Yo me indigno con este tema, es que últimamente no hago más que escuchar que "ya no existen las clases sociales", "que lo de la lucha de clases es una tontería que pasó a la historia y que sólo les sirve a unos cuantos nostálgicos", y cosas así.
Pero el hecho real es que millones de personas en el mundo siguen trabajando sin derechos de ningún tipo, mientras otros muchos no hacen nada más que especular y mover su dinero donde más les conviene, sin importarles que las personas que en realidad producen beneficios para sus cuentas corrientes acaben en el paro o viviendo en condiciones miserables, a pesar de trabajar horas y horas.
Y no hablo sólo de otros países, donde es increible las situaciones de semi-esclavitud que existen. Aquí, en el nuestro, unos trabajan sin apenas derechos, otros somos trabajadores privilegiados y unos cuantos viven de las rentas, sin hacer nada de provecho.
¿No existen las clases sociales? ¿Ya no hay proletarios? Pero bueno, de lo que se trata, a mi entender, es de elminar las diferencias entre los que trabajan y los que viven del trabajo de los demás. Estar orgulloso de ser el explotado es una forma de conformarse, pero no es real.
Qué mundo. Ya no sólo hemos renunciado a alcanzar los sueños, sino que encima ni soñamos.
Aunque se diga que vivimos en una "Democracia" o en el "mejor de los mundos posibles", los obreros y demás empleados seguiremos estando explotados por los "putos" malditos intereses de unos cuantos empresarios explotadores. Ellos que se autodenominan "empleadores", lo único que les guía son sus ambiciones personales y su egoísmo, y si no les interesas y no obtienen beneficio: "a la p... calle."
Los que dicen que no existen actualmente las clases sociales en esta sociedad, son unos hijos de p..., no tienen ni idea de la realidad social.
Como obrero, como lo fue mi padre, y como muchos, estamos dejando nuestra salud en el puñetero "tajo" para benefecio de otros. Tenemos que aguantar ordenes y una asquerosa prepotencia y "chuleria" por parte de nuestros jefes, porque para ellos no somos más que "herramientas parlantes". Se nos trata como a disminuidos mentales; y nuestros derechos, si pueden, los violan (seamos autoctonos o foráneos).
Si que hay clases sociales actuales y quienes lo nieguen, son unos repugnantes privilegiados.
Seré extremista pero creo que el mejor patrón, el mejor jefe, el mejor directivo, es el "colgado". Y no me siento orgulloso de ser explotado.
Las clases existen, como siempre han existido. Ahora, también ha existido desde siempre ese discurso del poder intentando convencer a la población de que "vamos todos en el mismo barco"... eso sí, unos arriba y otros abajo.
Lo que tú dices, ya ni soñamos.
Para que luego digan que no existen clases sociales y todos/todas somos iguales.
En una cadena de supermercados de Chile, las cajeras tienen que llevar pañales porque no las dejan ir al cuarto de baño:
http://www.elpais.com/articulo/gente/Prohibido/ir/bano/horas/trabajo/elpepugen/20070503elpepuage_1/Tes
¿Los dueños de la cadena también llevarán pañales porque sus ocupaciones no les dejan levantarse de la silla?
No hace falta ver lo que hay en otros países, aquí mismo con mis propios ojos ví como en una fábrica de pinturas y disolventes (una multinacional norteaméricana: PPG); cuando retiraban, con una buena indemnización, a un alto cargo directivo, éste además de ser homenageado, se enteraba toda la plantilla. En cambio, al despedir a un trabajador de fabricación, lo hacían por la puerta trasera y con los vigilantes para que se formase un escándalo.
Recuerdo que al segundo día de trabajo de un chaval novato, éste cometió un error con la carretilla elevadora golpeando una pared; el alto cargo de turno, el responsable de Seguridad e Higiene, hizo que lo despidiesen en el acto, y todo porque se iba el muy incompetente de vacaciones y no quería correer riesgos. Y luego nos da la "coña" con la responsabilidad.
Cuando hay diferencias de Poder, no hay igualdad social y, por ende, no existe la Democracia.
En los tiempos que vivimos la mayor parte de la población de un país tiene que vender su fuerza de trabajo a los capitalistas por un salario. Desde los trabajadores menos cualificados hasta los directivos de las grandes empresas todos viven de su salario, por tanto son proletarios.
Que desde los medios de formación de masas nos digan que ya no hay clases sociales, cuando la mayor parte de la población es asalariada, no deja de ser una vulgar ideología burguesa con la que se quiere maquillar la realidad social.
La explotación de los trabajadores se dá en todos los países del mundo, ricos y pobres, desde que se impusó el capitalismo. Con solo cuatro horas diarías de trabajo podríamos vivir decentemente todos, pero trabajamos cuatro ó más horas de más para el capitalista, horas trabajadas y no pagadas. En eso consiste la explotación. Lo que hay en los países pobres del mundo es sobreexplotación.(Utilizó el termino "países pobres" porque el de "Tercer Mundo" me parece inapropiado).
La lucha de clases seguirá existiendo mientras haya clases sociales: capitalistas y proletarios, ricos y pobres, jefes y subordinados, gobernantes y gobernados.
Saludos, anónimo usuario autor de los dos comentarios que hay justo encima de éste
Lamento decirte que borro ambos comentarios, pues no tenemos por qué tolerar insultos.
Bienvenido a nuestro humilde blog, pero seríamos más felices si fueses a hacer el troll a otro lado
Por esta vez, que es el primer caso, contesto... en ocasiones venideras lo mejor es aplicar aquel slogan que dice Don't feed the troll
Totalmente de acuerdo con la entrada de este blog. Casualmente estaba comentando lo mismo en un hilo de debate y me ha venido al pelo tu entrada que expresa perfectamente lo mismo que pienso. Gracias por la el artículo.
Pues uno de sus autores fue el fallecido Jesús/Curio, y que razón tienen los dos que lo escribieron... ¡Es absurdo sentirse orgulloso por ser un explotado!
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