martes, 8 de mayo de 2007

En Kosovo, la OTAN ha hecho un matrimonio de conveniencia con la mafia, (ex Yugoslavia IV)

Y también, ¿por qué no se ha analizado nunca el carácter mafioso y criminal de los regímenes instaurados por la OTAN? Sin embargo, se ha constatado claramente, de escuchar a James Bisset, ex embajador canadiense en Yugoslavia: «Kosovo sigue siendo una sociedad sin ley, completamente intolerante respecto a las minorías étnicas y uno de los lugares más peligrosos de la Tierra».

¿Por qué Kosovo sigue siendo una tierra sin ley? A causa de poderosos intereses económicos, explica el experto canadiense Chossudovsky: «Los barones de la droga de Kosovo, Albania y Macedonia se han convertido en las nuevas elites económicas, frecuentemente vinculadas a importantes intereses comerciales occidentales. Los ingresos financieros procedentes del tráfico de drogas y armas se han reciclado a otras actividades ilegales como las redes de prostitución».

«Altos responsables del régimen del Presidente albanés Berisha han estado implicados en el tráfico de drogas y en el tráfico ilegal de armas con Kosovo. Tráficos que pudieron florecer impunemente a pesar de la presencia, desde 1993, de un importante contingente de tropas norteamericanas. En los últimos años, este tráfico de drogas ha permitido a la UCK poner en pie de guerra a treinta mil hombres en poco tiempo. La OTAN he hecho un matrimonio de conveniencia con la mafia». Los servicios de Policía europeos lo confirman, especialmente la Agencia Criminal Federal de Alemania: «Los albaneses son actualmente el grupo más importante para la difusión de la heroína en Occidente».

Se sabe que la droga, junto con el armamento y la publicidad, es uno de los tres sectores económicos más importantes de la sociedad capitalista actual... También se sabe que la CIA ha creado por todo el planeta tráficos o trueques «armas-droga-petróleo» y ello en complicidad con los peores grupos mafiosos. El romance con la UCK tiene muchos precedentes.

La mafia albanesa controla también el desvío de la ayuda internacional, que es reexportada, con la corrupción que ello conlleva. En julio de 2002 investigadores de la Unión Europea «descubrieron cuatro millones y medio de euros en distintas cuentas bancarias de Gibraltar». Este dinero había sido desviado de la Agencia de la Energía de Kosovo. Así pues, no es de extrañar que los apagones sigan siendo una pesadilla cotidiana.

¿Son todos estos fraudes un accidente, un fenómeno secundario? ¿O, por el contrario, una parte integrante del sistema que se ha instaurado? Un funcionario europeo responde oculto bajo el anonimato: «Durante los últimos tres años la comunidad internacional ha inyectado en Kosovo entre 15 y 18 millones de euros, pero aún no hemos establecido las infraestructuras de base». No se trata de fraudes secundarios. La misma evasión masiva se ha producido en Bosnia en torno al clan del Presidente musulmán Izetbegovic.

Michel Collon, El país del que ya no se habla, 2002.

Desarmando la guerra global.



Estos elementos del video son el UCK.

7 comentarios:

Lilith dijo...

Cada vez que uno se fija en un lugar del mundo, sea el que sea, no ve más que corrupción. Y encima con la complicidad de los intereses económicos de países tan "limpios" como EE.UU. o la Europa "democrätica", donde sus ciudadanos se creen (nos creemos) ajenos a los turbios intereses que rigen el mundo.

Desde luego, ¡qué mundo!

Anónimo dijo...

No diluyamos culpas bien concretas en un océano de corrupción generalizada. Lo de Kosovo es algo PARTICULARMENTE escandaloso,
sin parangón en la historia reciente. Resulta que occidente con Alemania y el Vaticano a la cabeza (luego se sumaría EE.UU.
por rivalidades geopolíticas) financian a los mismos facciosos (a los nacionalistas albaneses) que utilizó Hitler en la II
Guerra Mundial para destruir Yugoslavia, para, de esta manera, provocar y justificar una cobarde campaña de bombardeos contra
la población civil de la República de Serbia a manos de algunos de los países más poderosos del mundo. Para ello se usa
armamento prohibido (bombas de fragmentación, proyectiles revestidos de uranio y plutonio, etc.) por esa legalidad
internacional que los países atacantes tantas veces y tan hipócritamente invocan. Esas mismas fuerzas imperiales, que
eufemísticamente se hacen llamar la "Comunidad Internacional", aprovechan los acuerdos de paz para montar un narco-estado
racista dirigido por mafiosos y fascistas albaneses que barren del mapa a todo lo no albanés (serbios, gitanos, goranos,
judíos, turcos, etc.) y todo ello bajo la protección de la ONU. Por si fuera poco, los serbios, expulsados de Croacia, buena
parte de Bosnia y de Kosovo ven cómo un tribunal ilegalmente constituido y dirigido por una jueza suiza (Del Ponte) con
conexiones con la mafia albanesa secuestra a sus líderes, algunos de los cuales mueren en prisión en más que dudosas circunstancias (Dokmanovic, Babic o el propio Milosevic.) Y mientras ¿qué hace nuestra libérrima prensa? Mentir y llamar verdugos a las víctimas. Los serbios que fueron, junto con los judíos y los rusos, unas de las comunidades más afectadas por la política de exterminio planeada por los nazis (y ejecutada
por los colaboracionistas albanokosovares, entre otros) en la II Guerra Mundial, vieron cómo los media occidentales pintaban
el mundo al revés y los tildaban de "fascistas". Entre esos media, destaca El País, que con Herman Tertsch (descendiente de
croatas nazis) al frente, entonaba en cada editorial ese himno del militarismo alemán que decía "serbien muss sterbien"
(Serbia debe morir). Pero esto no es extraño si se conoce la verdadera historia de este periódico "de izquierdas" llamado El País, que fue fundado por plumíferos como Juan Luis Cebrián y cía, provenientes del diario "Informaciones", un periódico pro-nazi que fue dirigido en los años 40 por Víctor de la Serna, amigo personal del Führer.
Pero para actitud patética la de la "izquierda" de este país. Mucho corear en las manis eso de "televisión, manipulación", pero luego la peñita antisistema basaba sus análisis en la "contrainformación" suministrada en los telediarios por gente tan subversiva como Matías Prats Jr, por no poner peores ejemplos como el trepa, falsificador y colaboracionista del imperialismo europeo o norteamericano (depende de quién pague mejor) Jon Sistiaga, o cualquiera de esos escribidores a sueldo de esa rata ex-falangista llamada Polanco. El caso es que la izquierda española aplaudió la intervención de la OTAN con armamento prohibido en Bosnia contra serbios y musulmanes que disentían del gobierno nacionalista musulmán del nazi, intergista y beneficiario del tráfico de heroína procedente de Afganistán, Alia Izetvegobic. Si la peñita se hubiera preocupado de
documentar sus opiniones se habría encontrado con el hecho histórico de que la élite musulmana de la que era heredera el gobierno separatista Bosnio apoyado por occidente fueron nazis hasta la médula, hasta el punto de enrolarse en una división
de las SS bosnio-musulmana. Estos colaboracionistas llegaron a declarar Sarajevo la primera ciudad Juden Frei ("libre de
judíos") y se dedicaron a perseguir, torturar y mutilar (especialmente decapitar) a la población serbia de Bosnia. Y más
tarde, en Kosovo, pasa tres cuartos de lo mismo. Los mismos sectores que se habían aliado con Hitler en la II Guerra Mundial
se dedican, esta vez aliados con las potencias occidentales, a atacar a la población no albanesa, pero nuestra prensa nos
habla por enésima vez de un plan de exterminio ideado por los serbios. Esta vez se llamaba "Plan Herradura", y a través de él
los serbios con Milosevic a la cabeza estarían intentando borrar del mapa a los albanokosovares. Y claro, nuestra "hipercrítica" izquierda se traga el anzuelo y pide a gritos una intervención occidental y que se derroque por la fuerza al gobierno de Milosevic. Incluso hubo quien en el seno del Movimiento Libertario llegó a declarar (muy grave esto) referiéndose a los bombardeos sobre la población civil: "cuando la OTAN hace algo bien, hay que aplaudirla." Poco después del fin de la campaña aérea, un general de uno de los principales países atacantes, Alemania, declaró que eso del Plan Herradura era un
invento de los servicios secretos occidentales y que nunca había existido. Dos o tres meses más tarde, en septiembre de 1999
los forenses españoles que han estado trabajando sobre el terreno en Kosovo para evaluar la magnitud del genocidio perpetrado
por los serbios y Milosevic sobre la población albanesa de Kosovo emiten su dictamen: no ha habido ninguna campaña de
limpieza étinica contra los albaneses en Kosovo. Esto lo llegó a publicar El País, el cual al día siguiente siguió hablando como si nada del exterminio de los albaneses de Kosovo a manos de los serbios. ¿Y qué hace la izquierda? Mirar para otra parte, sobre todo
porque ahora es cuando comienza la verdadera limpieza étnica: la perpetrada por la UCK contra todo lo no albanés bajo con el visto bueno de la ONU. Fue entonces cuando se vio el papel de tonto útil al servicio de las potencias occidentales jugado por
la izquierda folclórica y oenegera. Mucho levantar la voz por un genocidio falso pero luego nadie dijo (ni dice porque el
genocidio sigue) nada con respecto a la limpieza étnica contra serbios, gitanos y demás comunidades perseguidas por los
mafiosos albaneses de la UCK.
Y no sólo eso: también se les vio el plumero a los profetas de la nueva ¿izquierda? antiglobalización, como el Sr. Carlos Taibo. ¿Cómo alguien puede hacer pasar a este individuo por analista político "antisistema" si sus análisis se los pagan
Telecinco y El País? Además este "intelectual rebelde", muy publicado en sitios web de la izquierda al uso como rebelion.org, llegó a decir que los albaneses de Kosovo no tenían NINGUNA relación con la mafia, que la guerrilla integrista chechena era como la guerilla del Che Guevara y que a los serbios de la Krajina había que expulsarlos porque eran "ocupantes." ¿Cómo la
izquierda se puede inspirar en un racista que dice en un libro (Para entender el conflicto de Kosova) que los serbios llevan la violencia en sus genes?
En fin, si yo fuera serbio estaría cabreado con el mundo entero, pero sobre todo con la izquierda de la "civilizada" Europa occidental.

P.D.: Para entender el conflicto de Kosovo (que no Kosova) o de cualquier ex-república yugoslava recomiendo la lectura de los
libros de Michel Collon sobre el tema (El juego de la Mentira o Monopoly) o ver su vídeo "Los condenados de Kosovo". Pero que sepáis que Taibo opina que esos libros los ha escrito el demonio, el cual es, por supuesto, serbio.

Radowitzky dijo...

Saludos Spartakus, bienvenido a nuestro blog.

Me ha parecido muy interesante tu comentario. Desconozco bastante el tema de Yugoslavia, pero estaba claro que esa historia de unas guerras con unos buenos muy buenos y unos malos muy malos era muy difícil tomársela en serio. Aunque muchos sí se lo han creído. Yo también me acuerdo de "compañeros" que decían "Qué quieres que te diga,... visto lo de Yugoslavia, hoy en día tengo que decir que la OTAN es buena"... Triste pero cierto, así de infantil era la historieta y así de simples eran las conclusiones a las que llegaron algunos.

También a mí me hace mucha gracia ese argumento "legitimador" consistente en decir que la ONU autoriza (o no) una determinada guerra... como si la ONU fuera una organización desinteresada, imparcial y objetiva que velase por la justicia en el mundo.

KRATES dijo...

Salud Spartakus, bienvenido a este nuestro Blog.

Sobre el tema de la guerra de Kosovo, creo recordar que uno de los argumentos que se esgrimieron contra Milosevic, como principal responsable de la "limpieza étnica", fue su disurso pronunciado en 1989 en el Campo de los Mirlos.

Éste es buena parte de su texto original:

Por el concurso de circunstancias sociales y políticas, esta gran celebración se inscribe en un año durante el cual, tras muchos decenios, Serbia ha reencontrado su integridad política, nacional y espiritual.

Si hace seiscientos años perdimos la batalla, no fue únicamente debido a la superioridad social y a la potencia militar del Imperio Otomano, sino también por la trágica discordia que reinaba a la cabeza del Estado serbio.

El hecho de que los serbios sean un gran pueblo de esta región no es ni un pecado ni una vergüenza. Es una ventaja que nunca han usado contra sus vecinos.

Hoy Serbia está unida, en pie de igualdad con las otras repúblicas, y presta a hacer lo que sea para mejorar las condiciones de existencia material y social de sus ciudadanos. Mediante la concordia, espíritu de cooperación y seriedad, lo conseguirá.

Serbia nunca estuvo habitada sólo por serbios. En ella viven hoy, más que nunca, muchos ciudadanos de otras naciones, de otras etnias. Esto no representa un handicap para el país. Yo estoy incluso sinceramente convencido de que es una ventaja. Es en este sentido en el que se está reorganizando la composición nacional de casi todos los Estados del mundo moderno, sobre todo de los más desarrollados. La cohabitación de ciudadanos de nacionalidades, confesiones y razas diferentes es cada vez más frecuente, cada vez mejor.

El socialismo en tanto que forma de sociedad evolucionada y equitativa, no debería permitir que los hombres se dividan según las naciones o las confesiones. Las únicas diferencias que el socialismo puede y debe reconocer son las que distinguen a los trabajadores de los perezosos, a la gente honesta de la deshonesta. Por eso toda la gente que vive en Serbia de su trabajo, honestamente y respetando a los otros individuos y a los otros pueblos, viven en su república.

Yugoslavia es una comunidad plurinacional y no puede subsistir más que mediante una igualdad total entre todas las naciones que cohabitan en ella. La crisis que ha golpeado Yugoslavia ha conducido a particiones nacionales, pero también sociales, culturales y confesionales. De entre todas las particiones, las nacionales se han mostrado como las más dramáticas. Su eliminación facilitará el apaciguamiento de otras disensiones y atenuará las consecuencias de éstas.

Desde que existen comunidades plurinacionales, las relaciones que se establecen entre las diferentes naciones han sido siempre su punto débil. Como si tuvieran una espada suspendida encima de sus cabezas, han estado amenazadas sin cesar por la cuestión de la mutua opresión de las naciones, cuestión que, cuando se desencadena, arrastra tras ella una oleada de sospechas, acusaciones de intolerancia que no hacen más que inflarse. Y que a duras penas se puede frenar.

Los enemigos de estas comunidades, sean interiores o exteriores, lo saben bien, y basan en general toda su actividad subversiva en la profundización de los conflictos interétnicos.

Las relaciones de igualdad y de concordia entre los pueblos yugoslavos son una condición indispensable para la supervivencia de Yugoslavia, para una salida victoriosa de la crisis, y sobre todo para la prosperidad económica y social del país.

Luego vino el desastre y Yugoslavia desapareció del mapa mundial. Nunca me cayó simpático Milosevic (lo consideré siempre bastante severo) pero acusarle injustamente de genocida y ultranacionalista, es exagerar y mentir. Y el Tribunal Internacional de La Haya, una farsa.

Anónimo dijo...

Ahora ya sabemos por qué los medios de comunicación hablaban del discurso de Milosevic como un discurso que incitaba al odio interténico pero nunca nos mostraban su contenido: PORQUE ERA JUSTAMENTE TODO LO CONTRARIO. ¿Para cuándo un mea culpa por parte de la izquierda occidental y en especial la de este país por difundir las mentiras de los medios informativos del poder respecto a la guerra en Yugoslavia? De momento algunos se siguen aferrando al discurso oficial que sataniza a los serbios (aireando los confusos hechos de Srebrenica y silenciando los 10.000 serbios muertos, o
"desaparecidos" según la ONU, en la Krajina) pesar de que cada vez quedan más en evidencia... otros por su parte ya han empezado a cambiarse la chaqueta y ahora dicen que nunca dijeron. En fin, malos tiempos para la crítica.

KRATES dijo...

Y también recordemos que el entonces secretario general de la OTAN, era el socialista español, o así se define, Javier Solana. En Alemania gobernaban los socialdemócratas, en Gran Bretaña los laboristas, y en USA los demócratas; y todos se consideran izquierdistas moderados o centro-izquierda (liberales de toda la vida, disfrazados de progresistas). Ninguno encausado ante el Tribunal Internacional de La Haya.
A ésto le añadimos la actitud de muchos izquierdistas (de todos los "palos"), durante esos años, como dices Spartakus, es una p... pena.

Unknown dijo...

Por favor, ¿quién es ese Espartakus? le necesito por mi blog a la voz de YA!!!
Suscribo todo lo que dice, especialmente lo de Carlos Taibo. ux