viernes, 5 de septiembre de 2014

El apagadesahucios



 La crisis económica que asola la economía española ha provocado la ruina de miles de personas en todo el país. Los desahucios son, quizás, el acontecimiento que muestra con mayor claridad la situación de aquellos que lo han perdido todo, hasta las paredes y el techo que les protegían de la crueldad de verse sin nada.

El 18 de febrero de 2013 la Policía Nacional acudió a una céntrica calle de La Coruña para hacer efectivo el desahucio de Aurelia Rey, una mujer de 85 años que vivía de alquiler y debía a sus arrendadores dos mensualidades. La plataforma 'Stop Desahucios' convocó una concentración vecinal frente a la casa de la anciana que impidió que los agentes pudieran desalojarla. Cuando la multitud se dispersó, las fuerzas de seguridad volvieron a la vivienda para echar a Aurelia, pero se encontraron con que los activistas habían colocado una cadena en la puerta. La policía llamó a los bomberos para que la cortasen. Mientras que llegaban los efectivos del cuerpo de bomberos la muchedumbre volvió a concentrarse para exigir la paralización del desahucio. La tensión del ambiente derivó en cargas policiales e increpaciones a los agentes por parte de los manifestantes. Ante lo angustioso del momento, los bomberos se negaron a forzar la cadena que impedía la entrada a la vivienda. Uno de ellos, Roberto Rivas, tomó una pancarta con el nombre de la plataforma inscrito y la izó como si de un estandarte se tratase. El desalojo de Aurelia terminó siendo aplazado.

El gesto de Roberto provocó un aluvión de vítores y aplausos, pero no sólo eso, la imagen recorrió los informativos de toda España y el bombero se convirtió en un símbolo de la lucha contra el denominado 'drama de los desahucios'. No obstante, el acto de rebeldía de Roberto no le salió gratis. La subdelegación del Gobierno en La Coruña le sancionó con una multa de 600 euros en concepto de «alteración del orden público».

Roberto recurrió la sanción y ayer se celebró la vista que decidirá si le retiran o no la multa. Más de un centenar de personas le esperaban para mostrarle su apoyo a la salida del juzgado, donde el funcionario reivindicó su actuación. «Entre las labores que realizamos los bomberos no está la de echar a la gente de sus casas», dijo.

«Me están juzgando por alterar a las masas a la violencia, es ridículo. Son este tipo de leyes las que realmente están alentando a la gente a la violencia y a la movilización», comentó Roberto.

El bombero aseguró que volvería a negarse a desahuciar a alguien. «La desobediencia civil es un acto más para luchar contra esta violencia legal. Esto es un terrorismo instaurado por los gobiernos», sentenció un indignado Roberto que espera ahora la resolución de la justicia.

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