Una investigación internacional ha utilizado al oso pardo como bioindicador para las poblaciones de salmones. La gestión sostenible de la pesca no solo aumentaría las poblaciones de esta especie, tan preciada en la alimentación de los omnívoros, sino que además repercutiría positivamente en el ecosistema.
Agencia SINC
Los humanos y los osos son de las especies más omnívoras del reino animal. En muchas ocasiones, los dos «compiten» por los mismos recursos y sus preferencias son parecidas. Según los resultados de un estudio publicado esta semana en la revista PLoS Biology, ambos se beneficiarían del incremento de las poblaciones de salmones si no se pescaran todos los ejemplares.
Estos peces pasan la mayor parte de su vida en el mar, pero regresan a los arroyos para reproducirse y morir en tranquilidad. Un equipo internacional de investigación ha concluido que cuantos más salmones naden en los ríos, habrá más osos en los bosques y más pesca disponible en los mares.
«Hemos calculado el equilibrio que se establece entre la cantidad de osos y de pesca con la gestión del ecosistema», explica a SINC Taal Levi, investigador de la Universidad de California (EE UU) y uno de los autores del estudio.
Aunque los osos sean «máquinas de comer salmón», cuando nadan en la abundancia, estos mamíferos prefieren las huevas y los cerebros, ricos en nutrientes, a la pieza entera. Es entonces cuando el ecosistema se beneficia del resto del pez: los desechos del pescado sirven de alimento a plantas e invertebrados. Los salmones también transportan nutrientes para el ecosistema, por ejemplo, las plantas pueden extraer de las morrallas una cuarta parte del nitrógeno que necesitan.
En un escenario opuesto, cuando las poblaciones de salmones son reducidas, los osos se los comen enteros y el resto del ecosistema se resiente.
Pescar y comer equilibradamente
Aunque hay preocupación por la sobrexplotación pesquera de los salmones, según los autores de este estudio, las compañías pesqueras del noroeste del Pacífico acostumbran a llevar a cabo buenas prácticas porque distinguen entre los salmones que se asignan a la pesca y los que se dejan libres para que desoven.
El científico Taal Levi dice a SINC que el objetivo de la investigación era «incluir las necesidades del ecosistema en la ordenación pesquera».
Para ello, los osos pardos se convirtieron en los bioindicadores de las poblaciones de salmones de seis reservas de salmón rojo (Oncorhynchus nerka) en Alaska y Columbia Británica. Después de tener en cuenta su dieta, los expertos desarrollaron un modelo para evaluar los costes ecológicos y económicos de la pesca y mejorar el aprovechamiento de recursos naturales.
Finalmente, los científicos proponen la gestión de la pesca basada en el ecosistema (EBFM, por sus siglas en inglés) para conciliar el aprovechamiento de recursos naturales por parte de los humanos con el resto del ecosistema.
Agencia SINC
Los humanos y los osos son de las especies más omnívoras del reino animal. En muchas ocasiones, los dos «compiten» por los mismos recursos y sus preferencias son parecidas. Según los resultados de un estudio publicado esta semana en la revista PLoS Biology, ambos se beneficiarían del incremento de las poblaciones de salmones si no se pescaran todos los ejemplares.
Estos peces pasan la mayor parte de su vida en el mar, pero regresan a los arroyos para reproducirse y morir en tranquilidad. Un equipo internacional de investigación ha concluido que cuantos más salmones naden en los ríos, habrá más osos en los bosques y más pesca disponible en los mares.
«Hemos calculado el equilibrio que se establece entre la cantidad de osos y de pesca con la gestión del ecosistema», explica a SINC Taal Levi, investigador de la Universidad de California (EE UU) y uno de los autores del estudio.
Aunque los osos sean «máquinas de comer salmón», cuando nadan en la abundancia, estos mamíferos prefieren las huevas y los cerebros, ricos en nutrientes, a la pieza entera. Es entonces cuando el ecosistema se beneficia del resto del pez: los desechos del pescado sirven de alimento a plantas e invertebrados. Los salmones también transportan nutrientes para el ecosistema, por ejemplo, las plantas pueden extraer de las morrallas una cuarta parte del nitrógeno que necesitan.
En un escenario opuesto, cuando las poblaciones de salmones son reducidas, los osos se los comen enteros y el resto del ecosistema se resiente.
Pescar y comer equilibradamente
Aunque hay preocupación por la sobrexplotación pesquera de los salmones, según los autores de este estudio, las compañías pesqueras del noroeste del Pacífico acostumbran a llevar a cabo buenas prácticas porque distinguen entre los salmones que se asignan a la pesca y los que se dejan libres para que desoven.
El científico Taal Levi dice a SINC que el objetivo de la investigación era «incluir las necesidades del ecosistema en la ordenación pesquera».
Para ello, los osos pardos se convirtieron en los bioindicadores de las poblaciones de salmones de seis reservas de salmón rojo (Oncorhynchus nerka) en Alaska y Columbia Británica. Después de tener en cuenta su dieta, los expertos desarrollaron un modelo para evaluar los costes ecológicos y económicos de la pesca y mejorar el aprovechamiento de recursos naturales.
Finalmente, los científicos proponen la gestión de la pesca basada en el ecosistema (EBFM, por sus siglas en inglés) para conciliar el aprovechamiento de recursos naturales por parte de los humanos con el resto del ecosistema.
Referencia bibliográfica:
Levi, T.; Darimont C.T.; MacDuffee, M.; Mangel, M.; Paquet, P. «Using Grizzly Bears to Assess Harvest-Ecosystem Tradeoffs in Salmon Fisheries». PLoS Biology 10(4): e1001303, 10 de abril de 2012. DOI:10.1371/journal.pbio.1001303
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