Por DIEGO SALVADOR
http://www.diegosalvador.com/Medieval_conquista_albania.htm
La Compañía navarra fue una tropa de mercenarios, la mayoría de ellos provenientes de Navarra y Gascuña, que lucharon en distintos frentes griegos y adyacentes a finales del siglo XIV y principios del XV.
La primera compañía fue creada por Carlos II de Navarra para luchar contra los franceses. Tras la paz de 1366, los restos de la Compañía se reorganizaron y se pusieron a las órdenes de Luis de Evreux , hermano del rey navarro, conde de Beaumont-le-Roger y a la sazón duque de Durazzo, cuya desmedida ambición le llevó a buscar aventuras al otro lado del Mediterráneo. Luis pretendía el dominio de Albania y Durazzo por su matrimonio con Juana de Sicilia, duquesa de Durazzo, hija de Carlos de Sicilia, de la rama de Anjou-Tarento. Carlos le ayudó en su intento de reconquistar Durazzo y el Reino de Albania, donde la dinastía angevina se había mantenido hasta 1368, cuando el caudillo albanés Carlos Topia se apoderó de Durazzo. Hasta el mismísimo rey de Francia le donó 50.000 ducados para su aventura.
En 1372 la compañía se incrementó con 500 lanceros y 500 arqueros a caballo, la mayoría gascones, reclutados por Ingeram de Coucy, capitán de mercenarios y marido de Isabel Plantagenet, hija del rey inglés Eduardo III. Entre 1375 y 1376 muchos aventureros y guerreros navarros, entre los que se encontraban un gran número de ingenieros, se alistaron en la compañía y viajaron directamente a combatir en Albania formando una aguerrida hueste. El salario que cobraron estos mercenarios era de 30 florines aragoneses de oro al mes, lo que evidentemente debía compensarles de las calamidades sufridas. Las gentes reclutadas en Navarra se embarcaron en Tortosa entre el mes de febrero de 1375 y el de junio de 1376.
En 1376, Luis y la compañía navarra tomaron Durazzo y restablecieron el Reino de Albania. Cerca de tres años permanecieron los Navarros en la entonces empobrecida pero estratégica capital de la Albania. Durazzo estaba rodeada por un terreno insano, rodeado de pantanos. Allí acamparon los hombres de armas navarros durante años, mientras los refuerzos enviados desde la península ibérica llegaban paulatinamente. Luis murió ese mismo año dejando a la compañía sin patrón. La situación en que quedaron los mercenarios era delicada, lejos de la metrópoli, y más cuando la duquesa viuda de Durazzo, su soberana, poco después de la muerte de su primer esposo, contrajo nuevas nupcias con Roberto, duque de Artois. Navarra y el reino adriático volvían a quedar desligados.
Después del nuevo matrimonio de su antigua señora la duquesa de Durazzo, los navarros se sintieron engañados y se desligaron de su juramento de finalidad a la ex-viuda de su capitán fallecido, reciclando su dudosa lealtad y poniéndose a las órdenes del mejor postor, que resultó ser Pedro IV de Aragón. El rey aragonés aceptó sus servicios, una vez obtenida la licencia y permiso de su soberano legítimo el rey de Navarra. En 1377 se organizaron en cuatro experimentadas compañías, comandadas por los gascones Mahiot de Coquerel y Pedro de la Saga, y los navarros Juan de Urtubia y Guarro, quienes continuaron armando gresca en tierras orientales, al servicio de la agresiva política mediterránea de los reyes de Aragón. No satisfechos con la benevolencia del patrón aragonés, que les había acogido bajo su égida, al mando de Urtubia, la Compañía navarra atacó Tebas en 1379 y después Atenas, que estaba por entonces en manos catalanas.
El episodio de la conquista de Albania por Luis de Evreux y la Compañía navarra fue llevada al cine por Alfonso Ungría en 1984.
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La Compañía navarra fue una tropa de mercenarios, la mayoría de ellos provenientes de Navarra y Gascuña, que lucharon en distintos frentes griegos y adyacentes a finales del siglo XIV y principios del XV.
La primera compañía fue creada por Carlos II de Navarra para luchar contra los franceses. Tras la paz de 1366, los restos de la Compañía se reorganizaron y se pusieron a las órdenes de Luis de Evreux , hermano del rey navarro, conde de Beaumont-le-Roger y a la sazón duque de Durazzo, cuya desmedida ambición le llevó a buscar aventuras al otro lado del Mediterráneo. Luis pretendía el dominio de Albania y Durazzo por su matrimonio con Juana de Sicilia, duquesa de Durazzo, hija de Carlos de Sicilia, de la rama de Anjou-Tarento. Carlos le ayudó en su intento de reconquistar Durazzo y el Reino de Albania, donde la dinastía angevina se había mantenido hasta 1368, cuando el caudillo albanés Carlos Topia se apoderó de Durazzo. Hasta el mismísimo rey de Francia le donó 50.000 ducados para su aventura.
En 1372 la compañía se incrementó con 500 lanceros y 500 arqueros a caballo, la mayoría gascones, reclutados por Ingeram de Coucy, capitán de mercenarios y marido de Isabel Plantagenet, hija del rey inglés Eduardo III. Entre 1375 y 1376 muchos aventureros y guerreros navarros, entre los que se encontraban un gran número de ingenieros, se alistaron en la compañía y viajaron directamente a combatir en Albania formando una aguerrida hueste. El salario que cobraron estos mercenarios era de 30 florines aragoneses de oro al mes, lo que evidentemente debía compensarles de las calamidades sufridas. Las gentes reclutadas en Navarra se embarcaron en Tortosa entre el mes de febrero de 1375 y el de junio de 1376.
En 1376, Luis y la compañía navarra tomaron Durazzo y restablecieron el Reino de Albania. Cerca de tres años permanecieron los Navarros en la entonces empobrecida pero estratégica capital de la Albania. Durazzo estaba rodeada por un terreno insano, rodeado de pantanos. Allí acamparon los hombres de armas navarros durante años, mientras los refuerzos enviados desde la península ibérica llegaban paulatinamente. Luis murió ese mismo año dejando a la compañía sin patrón. La situación en que quedaron los mercenarios era delicada, lejos de la metrópoli, y más cuando la duquesa viuda de Durazzo, su soberana, poco después de la muerte de su primer esposo, contrajo nuevas nupcias con Roberto, duque de Artois. Navarra y el reino adriático volvían a quedar desligados.
Después del nuevo matrimonio de su antigua señora la duquesa de Durazzo, los navarros se sintieron engañados y se desligaron de su juramento de finalidad a la ex-viuda de su capitán fallecido, reciclando su dudosa lealtad y poniéndose a las órdenes del mejor postor, que resultó ser Pedro IV de Aragón. El rey aragonés aceptó sus servicios, una vez obtenida la licencia y permiso de su soberano legítimo el rey de Navarra. En 1377 se organizaron en cuatro experimentadas compañías, comandadas por los gascones Mahiot de Coquerel y Pedro de la Saga, y los navarros Juan de Urtubia y Guarro, quienes continuaron armando gresca en tierras orientales, al servicio de la agresiva política mediterránea de los reyes de Aragón. No satisfechos con la benevolencia del patrón aragonés, que les había acogido bajo su égida, al mando de Urtubia, la Compañía navarra atacó Tebas en 1379 y después Atenas, que estaba por entonces en manos catalanas.
El episodio de la conquista de Albania por Luis de Evreux y la Compañía navarra fue llevada al cine por Alfonso Ungría en 1984.
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