jueves, 23 de abril de 2015

Islandia 1975: la huelga general de las mujeres


LO QUE QUIEREN QUE OLVIDEMOS*

Cuando la ONU proclamó 1975 Año de la Mujer, un comité con representantes de cinco de las mayores organizaciones de mujeres en Islandia se creó para organizar actos conmemorativos. Un grupo feminista llamado Medias Rojas propuso entonces: «¿Por qué no vamos a la huelga?» Esto, argumentaron, sería una poderosa manera de recordar a la sociedad el papel de la mujer en su funcionamiento, sus bajos salarios, y el escaso valor asignado a su trabajo dentro y fuera del hogar. La propuesta fue muy discutida, y finalmente fue aprobada por el comité, pero sólo después de cambiar la palabra «huelga» por «día libre». Se pensó que esto haría la idea más aceptable para las masas y para los empresarios, que podían despedir mujeres por ir a una huelga pero tendrían problemas para negarlas «un día libre».

En los días anteriores al 24 [de octubre] aparentemente las mujeres de todas partes se fueron agrupando, tomando café, fumando sin cesar, y hablando mucho de manera agitada. Mi abuela, que estaba trabajando muy duro en una fábrica de pescado, no iba a tomarse el día libre. Pero las preguntas planteadas por los movimientos de mujeres zumbaban en su cabeza. ¿Por qué los hombres jóvenes tenían salarios más altos que ella cuando su trabajo no era menos agotador físicamente? Mi madre, que tenía 28 años y trabajaba en una lechería, tuvo que utilizar todas sus habilidades de negociación para convencer a su jefa, una mujer de unos 50 años, para que no trabajasen. Cuando mi madre fe al piso de su jefa para convencerla de que fuese a la manifestación que se había organizado en el centro de Reikiavik, ella intentaba apaciguar su culpa por no trabajar cocinando furiosamente.

En Reikiavik aproximadamente 25 mil mujeres se reunieron para escuchar discursos, cantar y discutir —un número asombroso teniendo en cuenta que la población de Islandia era entonces de en torno a 220.000 personas—. Las mujeres eran de todos los ámbitos, jóvenes y mayores, abuelas y alumnas; Algunas llevaban puestos sus uniformes de trabajo, otras se habían disfrazado. «Fue un movimiento social auténticamente de base», recuerda Elin Olafsdottir, que tenía 45 años y más tarde representó a la Alianza de Mujeres en el consejo de la ciudad de Reikiavik. «Fue, sin duda, una revolución silenciosa.» Fue este sentimiento de unión y la tranquila determinación, lo que la mayoría de las mujeres recuerdan de ese día. Gerdur Steinthorsdottir, entonces un estudiante de 31 años de edad en la Universidad de Islandia y ahora profesora, ayudó a organizar la manifestación. Afirma que la participación fue tan amplia porque las mujeres de todos los partidos políticos y sindicatos se sintieron capaces de trabajar juntos para hacerlo posible.

El ambiente en la manifestación fue increíble. Sigrun Bjornsdottir era una estudiante de 19 años y acababa de descubrir que estaba embarazada. Fue un momento difícil, recuerda, pero ser parte de la manifestación la hizo sentir que era parte de una fuerza más grande, dándola fuerza. Adalheidur Bjarnfredsdottir, que representaba al Sokn, el sindicato de las mujeres peor pagadas de Islandia, leer su primer discurso público la dio escalofríos en la columna vertebral. «Los hombres han gobernado el mundo desde tiempos inmemoriales y ¿qué ha sido del mundo?», preguntó con su voz profunda y grave. Se respondió a sí misma describiendo un mundo empapado de sangre, una tierra contaminada y explotado hasta el punto de quedar arruinada. Una descripción que parece hoy día más cierta que nunca.

Los hombres de Islandia apenas pudieron hacer frente a lo que estaba pasando. A la mayoría de los empresarios no les preocupó la desaparición de las mujeres pero trataron de prepararse para la llegada de jóvenes sobreexcitados que tendrían que acompañar a sus padres en el trabajo. Algunos compraron dulces, lápices y papel en un intento de mantenerlos ocupados. Los embutidos, la comida lista favorita de la época, se agotó en los supermercados y muchos maridos sobornaron a los niños mayores para que cuidasen a sus hermanos pequeños. Las escuelas, tiendas, guarderías, fábricas de pescado y otras instituciones tuvieron que cerrar o funcionar a medio gas. Las mujeres encargadas de publicar Morgunbladid, uno de los principales periódicos de Islandia, regresaron como Cenicienta a trabajar a medianoche. El periódico del día siguiente tuvo la mitad de su tamaño normal y sólo contenía artículos sobre la huelga. Muchos padres, al final del día estaban agotados. No es sorprendente que este día haya pasado a la posteridad como «el Viernes Largo».

Pero, ¿qué ganaron las mujeres islandesas con todo esto? Para muchas fue una llamada de atención. Yo, como muchas mujeres de mi generación, me convertí en feminista ese día a la madura edad de once [años] —a pesar de haber sido dejada en casa a solas con mi hermana de nueve años de edad—, furiosa porque se nos prohibió asistir a la manifestación. Muchas sienten que la solidaridad que mostraron ese día las mujeres allanó el camino para la elección cinco años después de Vigdis Finnbogadottir, la primera mujer elegida democráticamente presidenta de un país en el mundo.

Annadis Rudolfsdottir




  
* Esta traducción también forma parte del primer número de PRISMA —en especial, de su contraportada—, la circular gratuita del Grupo Editorial Amor y Rabia, la cual se puede obtener (en formato PDF) escribiendo a su correo electrónico:

colectivo.editorial.ayr@gmail.com

lunes, 20 de abril de 2015

ONG: La caridad al servicio del capitalismo


Por JAMES PETRAS

Las ONG hace hincapié en los proyectos, no en los movimientos sociopolíticos; movilizan a las personas para producir al margen de la sociedad, no para luchar por el control de los medios de producción básicos y la riqueza; se centran en la asistencia financiera técnica para proyectos concretos, no en las condiciones estructurales que moldean la vida cotidiana de la gente. Las ONG se ha apoderado del discurso de la izquierda. El problema es que este discurso se da en un marco de colaboración con organismos gubernamentales que subordinan la actividad práctica a las políticas basadas en el no enfrentamiento. Debido al carácter local de la acción de las ONG, las reivindicaciones que pretenden nunca van más allá de ejercer influencia en determinados ámbitos de la vida social, con recursos limitados y siempre dentro de las condiciones permitidas por el Estado neoliberal y el sistema macroeconómico. Las ONG y su plantilla profesional compiten directamente con los movimientos sociopolíticos para ejercer su influencia sobre los pobres, las mujeres, los sectores excluidos por motivos étnicos, etc. Su ideología y sus actividades desvían la atención de las causas de la pobreza y de sus soluciones, que suelen buscar desde abajo y en el interior, en lugar de desde arriba y en el exterior. Las ayudas de las ONG llegan a sólo una pequeña parte de la población, la que obliga a las comunidades a competir entre sí por unos recursos escasos, y generan así rivalidades insidiosas que socavan la solidaridad de clase. Lo mismo ocurre entre los profesionales; cada sector crea sus propias ONG con la intención de captar fondos del exterior. Éstas compiten con la presentación de proyectos que se ajustan al criterio de rentabilidad y bajo coste de los donantes del exterior, al tiempo que afirman hablar en nombre de muchos seguidores. El resultado ha sido la proliferación de ONG que las comunidades pobres han terminado fragmentadas en grupos y subgrupos sectoriales, incapaces de hacerse una idea de todo el panorama social en el que radican las causas de sus males, y aún menos capaces de unirse para luchar contra el sistema. Algunas experiencias recientes demuestran que los donantes exteriores suelen financiar proyectos de las ONG en épocas de crisis. Una vez que los movimientos sociopolíticos pierden fuerza, los fondos se desvían hacia aquellas ONG dispuestas a colaborar con el régimen y cuyos proyectos se ajusten al programa neoliberal. De este modo, el criterio principal para la financiación de las ONG pasa a ser el fomento de un desarrollo económico compatible con el mercado libre, en lugar de la organización social para impulsar el cambio.

La naturaleza de las ONG, su postura apolítica y sus acciones destinadas a promover la autonomía son las causas de las despolitización de los pobres. Se evita la educación política sobre el imperialismo, los postulados clasistas del neoliberalismo y la lucha de clases entre agentes exportadores y trabajadores eventuales. En cambio, las ONG hablan de los problemas de «los desfavorecidos», «la pobreza extrema», «la discriminación sexual y racial», sin enfrentarse al sistema social que produce estas situaciones.

Al incorporar a los pobres a la economía neoliberal a través del voluntariado, las ONG fomentan un ambiente político en el que la solidaridad y las acciones sociales aparentes encubren una actitud conservadora con respecto a las estructuras de poder nacionales e internacionales.

EL MUNDO
(1997)

sábado, 18 de abril de 2015

Mezclando churras con merinas


Amnistía Internacional criminaliza a los palestinos por su inferioridad armamentística frente a Israel

Prisma, nº 1*
Grupo Editorial Amor y Rabia

«Ilegal y mortal», el reciente informe de Amnistía Internacional sobre «ataques con cohetes y morteros por parte de grupos armados palestinos durante el 2014 conflicto de Gaza/Israel», acusa a Hamas y otros de llevar a cabo «ataques indiscriminados» contra Israel: «Cuando los ataques indiscriminados matan o hieren a civiles, constituyen crímenes de guerra».

El informe reitera una simetría formal entre israelíes y palestinos (los informes anteriores han acusado a Israel de crímenes de guerra durante la Operación de Protective Edge), pidiendo a ambas partes que tomen todas las precauciones necesarias para respetar la vida de civiles, y recordándoles que tienen que «elegir los medios y métodos de ataque apropiados».

Se prohíbe el uso de armas que son inherentemente indiscriminados, como cohetes no guiados. Y el uso en zonas densamente pobladas de armas imprecisas que no pueden dirigirse contra un objetivo militar con la suficiente precisión, tales como morteros, es probable que resulte en ataques indiscriminados y también está prohibido.

Hay un contraste implícito con las capacidades tecnológicas superiores de Israel, que según la propaganda del ejército israelí (FDI) le permiten llevar a cabo ataques aéreos con «precisión quirúrgica». Pero las cifras cuentan una historia diferente. Al menos 2.100 palestinos murieron durante la campaña militar de Israel en Gaza el pasado verano; alrededor de 1.500 se cree que eran civiles (según Amnistía algunos de ellos fueron asesinados por pérdida lanzamiento de cohetes palestinos). Del lado israelí, 72 personas murieron, 66 combatientes y seis civiles. Estas cifras apuntan a una clara discrepancia.

No es sólo que Israel mató a 300 veces más civiles palestinos, sino que, además, la proporción de muertes de civiles entre los palestinos fue mucho mayor: 70 por ciento de los asesinados por Israel eran civiles, en comparación con el 8 por ciento de los asesinados por los palestinos. Estas cifras indican claramente que no existe una relación entre el bombardeo de precisión y la distinción entre combatientes y población civil al bombardear. Los sistemas de armas de alta tecnología también pueden matar indiscriminadamente.

El informe de Amnistía muestra no sólo lo escurridizo que puede ser el derecho humanitario internacional, sino también que las organizaciones de derechos humanos tienden a ignorar las asimetrías de poder, reproduciéndolas. El informe dice esencialmente que el uso de misiles caseros —no hay mucho más disponible para las personas que viven en estado de sitio permanente— es un crimen de guerra. En otras palabras, los grupos armados palestinos son criminalizados por su inferioridad tecnológica.

AMOR Y RABIA
  
 * Este texto forma parte del primer número de PRISMA, la circular gratuita del colectivo AMOR Y RABIA, la cual se puede obtener (en formato PDF) escribiendo a su correo electrónico:


colectivo.editorial.ayr@gmail.com

jueves, 16 de abril de 2015

Comunicado de la Coordinadora Canaria contra las Prospecciones Petrolíferas


La Coordinadora Canaria contra las Prospecciones exige que se asuman responsabilidades políticas por el hundimiento del pesquero ruso.

El hundimiento del buque pesquero, de nacionalidad rusa Oleg Naydenov, conocido por sus actividades de pesca ilegal, a tan solo 24 km de Gran Canaria con más de 1.400 toneladas de fuel en su interior y dejando una mancha de combustible derramado que tiene ya más de 12 km cuadrados en el mar y que crece en dirección a Maspalomas, demuestra una vez más la lamentable combinación de improvisación absoluta, falta de conciencia ambiental e irresponsabilidad de las autoridades políticas tanto de la Delegación de Gobierno, como del Gobierno de Canarias ante este tipo de desastres ambientales.

El hecho de que no exista un protocolo de actuación claro y que, ante el incendio del barco en el Puerto de Las Palmas, se haya tomado la improvisada y poco meditada decisión de simplemente alejarlo de la costa hacia aguas internacionales para que se hunda fuera de jurisdicción del Estado español, aprovechando así la falta de soberanía sobre las aguas canarias más allá de las 12 millas desde la costa y, sin tomar en cuenta el previsible daño ecológico, la afectación a la pesca y en general a la riqueza de vida marina de Canarias, demuestra lo poco preparados que estamos ante este tipo de incidentes y la poca importancia que le dan los gobiernos del Estado y de Canarias a nuestro hábitat marino.

Por otra parte, resulta irresponsable y bochornosa la respuesta dada por la Delegada de Gobierno María del Carmen Hernández Bento que, siguiendo el ejemplo de su líder político en el caso del Prestige, se ha limitado a minimizar el problema manifestando que: «El riesgo de un escape es muy pequeño», afirmación que, lamentablemente, la realidad se ha encargado de desmentir.

La Coordinadora Canaria contra las Prospecciones Petrolíferas considera que es tiempo que se asuman responsabilidades políticas tanto desde la Autoridad Portuaria que tomó la irresponsable decisión de llevar el buque a alta mar, como la Delegada de Gobierno por su falta de reacción ante lo sucedido. Asimismo exigimos la concreción de protocolos de actuación y medidas claras para evitar este tipo de incidentes a futuro. Finalmente consideramos que debe instaurarse un debate de fondo sobre la problemática de la falta de soberanía de Canarias sobre sus aguas y la desprotección ambiental que esta genera.

domingo, 12 de abril de 2015

'Ouróboros: La espiral de la pobreza'

 

Tráiler del documental 'OURÓBOROS' del Grupo Anarquista Albatros (FAI). Filmado en España entre los años 2014 y 2015 en distintas ciudades y realizado por los profesionales de Neu Circuita. Se trata de un documental sobre la solidaridad popular en contraposición a la caridad de varias instituciones religiosas y su vinculación con los responsables de la pobreza.


Y entrevista a uno de sus elaboradores...

martes, 7 de abril de 2015

Orden y desorden

 

Por HELENO SAÑA

No he podido comprender nunca a los hombres que, por principio, no reconocen otro valor que el de la fuerza, el poder o la autoridad, y que por añadidura se mofan de quienes se guían por otros parámetros axiológicos, calificándoles, en el mejor de los casos, de ilusos y soñadores incorregibles. Por supuesto son enemigos irreconciliables de las teorías y movimientos modernos de liberación, de los que sólo registran su dimensión negativa.

Lo primero que habría que señalar en este contexto es que si hemos dejado atrás desde hace tiempo la era de las cavernas y gozamos de ciertas libertades y ciertos derechos, es precisamente porque hubo siempre individuos y grupos humanos que eligieron un sistema superior de valores y consagraron su vida no a postrarse ante el poder —que es lo más fácil y vulgar—, sino a exigir de él justicia y equidad, que es lo que debería hacer toda persona de condición mínimamente recta. A este tipo excelso de individuos pertenecía Hugo Ball, el cual, superada su fase de bohemia dadaísta, llegó a la conclusión de que la única actitud legítima ante la vida es la e elegir voluntariamente lo que él llamaba 'Ohn-Macht', esto es, el 'sin-poder'. Y si cito a este gran escritor hoy olvidado es porque comparto plenamente su criterio.

Por ello considero que lo reaccionario por antonomasia consiste en adorar el poder por el poder, sin siquiera preguntarse lo que es y representa. Si no es correcto combatir el poder a priori y en abstracto, como ha postulado siempre cierto tipo de antiautoritarismo ultra, tampoco es lícito concederle de antemano patente de corso, como suelen hacer los fanáticos del 'law and order' y del palo y tente tieso. Cuando el poder se convierte en la negación de lo justo, la única opción coherente es la de responder con lo que en la terminología hegeliana se denomina 'negación de la negación'. Frente a los eternos beatos del orden por el orden, hay que recordar siempre, con Carlyle, que también la injusticia es otra forma del desorden.

Si la historia universal ha marchado en aspectos esenciales hacia delante, es porque además del poder establecido ha existido un anti-poder dispuesto a controlarlo y, en caso necesario, derribarlo, sea por medio del Parlamento, las tribunas públicas o la acción de masas. Esta es la dialéctica no sólo de las revoluciones, sino de la democracia burguesa que tenemos hoy. Los fetichistas del 'statu quo' olvidan que fue luchando ferozmente contra el feudalismo y el absolutismo, que la burguesía conquistó el poder que detenta desde hace siglos.

Parecen olvidar también que las propias reglas de juego del sistema político burgués-liberal incluyen a priori el concepto de oposición, sin el cual toda democracia está condenada a momificarse y a convertirse en fuente de corrupción y prepotencia. Y me apresuro a añadir que si el llamado Estado de derecho es cada vez más arbitrario, se debe en gran parte al descenso vertiginoso de la conciencia crítica de la ciudadanía y de las propias clases políticas. Precisamente porque la tendencia congénita del poder es la de desvirtuarse, es necesario controlarlo y mantenerlo a raya. Y eso sólo es posible cuando existen ciudadanos con el suficiente coraje cívico para plantar cara a los que mandan, en vez de arrodillarse ante ellos, como exigen los espíritus retrógrados que cada época y cada país da.

No conozco en todo caso a ningún clásico de la democracia liberal-burguesa que haya omitido señalar, con todo énfasis, que el hombre es por naturaleza libre y que su destino es el de defender a toda costa su libertad. Eso es lo que han dicho John Locke, Rousseau, Kant, Thomas Payne, John Stuart Milll, Henry David Thoreau y demás grandes teóricos modernos de la libertad. Y si saco a relucir estos nombres es porque creo que el 'nuevo orden mundial' implantado y dirigido por Norteamérica se parece cada vez más al desorden al que aludía Carlyle y cada vez menos al modelo político concebido por ellos. Y creo asimismo que la mejor manera de decir que no al presente estado de cosas es la de recordar sus enseñanzas y, apoyados en ellas, luchar contra los mandamases de turno que, por miedo a la libertad, están empeñados en degradar la democracia a una democracia de borregos y para borregos.

La Clave
Nº 52 (12-18 abril 2002)