jueves, 22 de enero de 2009

Hacía una sociedad crítica


Por más que haya multitud de indicios para dudar de las afirmaciones de lo esotérico, lo paranormal y los misterios, la realidad es que estos temas siguen ejerciendo un gran atractivo sobre el público, siguen vendiendo libros, revistas y programas de radio y televisión, y siguen sin ser cuestionados en los medios. Me atrevo a creer que esto se debe a que estamos fallando en nuestra obligación común de crear una sociedad crítica y escéptica que haga preguntas incómodas y no se conforme con respuestas insuficientes, que se asombre de los misterios reales del Universo en lugar de buscar emociones baratas que van de lo fantástico al embuste. Y es una labor urgente.

Los medios de comunicación deberían equilibrar la información y romper el monopolio que le han dado a lo supuestamente misterioso. Hay cientos, literalmente cientos, de programas de misterios en toda España y en todo el mundo y ni uno en el que se diga que tales afirmaciones son dudosas, cuando no mentira, y se puede demostrar.

Las escuelas deberían apoyar el razonamiento en lugar de reprimirlo, enseñar a los alumnos a preguntar y a insistir, haciendo que desaparezca el «es que el niño pregunta todo el tiempo», como comentario de fastidio y despectivo. Los niños que preguntan todo el tiempo son de oro, no hay que coartarlos. Enseñar a cuestionar es fundamental para crear ciudadanos libres, enseñar a memorizar y aceptar acríticamente es castrar la capacidad de los jóvenes. Las universidades deberían cerrar la puerta a la anticiencia y la superstición, y asumir el papel que les corresponde informando a su comunidad.

El Estado debería recordar que una tontería sigue siendo una tontería aunque la crean millones de electores, y que apoyar, difundir o reconocer barbaridades para satisfacer los deseos de un pequeño grupo para obtener un rédito en votos, o para acallarlos, convierte a los cargos elegidos en rehenes de delirantes interesados, no en representantes de toda la sociedad y su legítimas necesidades.

Y todos nosotros debemos romper el mito de que la ciencia es difícil y sólo para los elegidos, promoviendo una educación que es la clave de toda la cuestión.

Bertrand Russell lo dijo con claridad:

«Si la educación ha de tener un significado, debe ser subversiva, debe desafiar todo lo que damos por sentado, examinar todas las suposiciones aceptadas, manosear todas las vacas sagradas e instaurar el deseo de preguntar y dudar. Sin esto,la simple instrucción para memorizar datos es vacua. El intento de forzar en los jóvenes la mediocridad convencional es criminal.»

El problema es que una sociedad crítica, que sabe dudar y preguntar, que no está atada por creencias en lo sobrenatural y mira de frente al Universo, es muy difícil de manipular y controlar, y por tanto al poder, al verdadero poder, poco le interesa tener una sociedad que sabe someter a prueba las afirmaciones extravagantes, sean de misterios, publicitarias, informativas, económicas, religiosas o políticas.

3 comentarios:

Radowitzky dijo...

¿Tentando a la Suerte, amigo KrateS?

Con lo tranquilo que eStá éSto ahora, y tú ya eSS liándola.

Lo dicho, al final la tendremoS haSta con loS fanS de BiSbal.

Por Si alguien no Sabe a qué me refiero, a éSto miSmo.

KRATES dijo...

¿Y a tí qué te paSSSSSSSSSSa? ¿Te ha dado el canguis?

Radowitzky dijo...

HaS dejado una eSe minúScula. ESS mayor.