viernes, 30 de abril de 2010

¡Vergonzoso!

Me encuentro con dos albañiles, a los que conozco desde hace unos años, los cuales me comentan que van a pasar a trabajar la jornada continua. Yo, que también he trabajado en el sector, veo que en parte no es mala noticia, porque la jornada partida se prolonga durante más de diez horas y no te da margen para tener una vida íntima y privada en condiciones. Parece que solamente vives para trabajar. Teniendo también en cuenta que, aunque también en el contrato, las horas de trabajo son las ocho diarias, siempre se hace en esta provincia más horas, y siempre se termina discutiendo con los jefes, porque no somos sus siervos ni esclavos.

Pero, me dicen que empezarán a las ocho de la mañana y terminarán a las cuatro y media de la tarde. Les pregunto «¿ocho horas y media, por qué?» Porque tienen que recuperar la media hora de almuerzo. Y esto me obliga a revisar las leyes.

En el Artículo 34.4 del Estatuto de los Trabajadores pone: «Siempre que la duración de la jornada diaria continuada exceda de seis horas, deberá establecerse un periodo de descanso durante la misma de duración no inferior a quince minutos. Este periodo de descanso se considerará tiempo de trabajo efectivo cuando así esté establecido o se establezca por convenio colectivo o contrato de trabajo.» O sea, no puede obligarles. Pero dudo y reviso el Convenio.

El Artículo 64.2 del Convenio General del Sector de la Construcción 2007-2011 dice que «la jornada ordinaria semanal será de 40 horas durante toda la vigencia del presente Convenio». Dándome a entender que el Estatuto prevalece. Pero prefiero ver el Convenio Colectivo Provincial para la Construcción y Obras Públicas de Valladolid y en su Artículo 17 nos ponen esta puñalada trasera: «Se entiende como trabajo efectivo la presencia del trabajador en su puesto de trabajo y dedicado al mismo. A estos efectos se excluye expresamente del cómputo de la jornada laboral la interrupción de los quince minutos de descanso que se disfrutarán dentro de la jornada de mañana entre las nueve y las once horas».

¿Pero que han firmado estos ineptos de las centrales sindicales? Siendo este sector uno de los que más siniestrabilidad acarrea (además de ser el más golpeado de la crisis), nos quitan un derecho. Este sector es uno de los más cansados, y cuando has hecho varias horas picando, subido a los andamios o cargando ladrillos, te fatigas. Cuando uno se fatiga, comete más errores y puedes tener fácilmente accidentes. Y te obligan a recuperar el tiempo del almuerzo (aunque sea en jornada continua).

¡Una vergüenza!

2 comentarios:

Carlos Chordá dijo...

Una entrada muy acertada para el día del Trabajo. Y es que, al final, siempre terminan pagando los mismos. Como bien dices, ¡vergonzoso! Más vale que tenemo9s un gobierno de izquierdas para defender a los sectores más desfavorecidos, je.

KRATES dijo...

Y razón que tienes, Chordá (otra cosa, no está mal tu libro sobre El yeti y otros bichos), unos sinvergüenzas que están aprovechando la maldita crisis para imponer sus criterios. Con un gobierno de mierda progresista o de izquierdas (que de izquierda no tiene nada, son los hijos de los vencedores de la Guerra que se apropiaron del nombre de un partido: burgueses controlando un partido obrero), saben como manipular a los sindicatos. ¡Una vergüenza! Dsde la Transición no han hecho más que hacer «reformas» perjudicando a los de siempre.

(Sobre el yeti también he escrito o puesto algo en este Blog, y para mí sigue siendo el osos pardo.)