miércoles, 2 de julio de 2014

España, hacia la 'brasilización' de su pobreza


Un estudio de la UVA denuncia que más de 3,3 millones de personas están ya fuera de cualquier sistema de ayudas

1/julio/2014

La pobreza con nombres y apellidos. Con sus caras amargas de falta de acceso a la sanidad, la dificultad para permitirse una comida con carne, el pago de las facturas o la carencia de una lavadora. La crisis de los últimos seis años está arrojando fuera del sistema, a la exclusión total, a millones de personas. Pero ¿cuántas en realidad? Pues unos 3,3 millones de españoles según el análisis que ha realizado un equipo de investigadores del Departamento de Economía Aplicada de la Universidad de Valladolid (UVA), que ha tratado de desmenuzar los fríos datos de los niveles de pobreza.

«Siempre me ha parecido incompleto que todos los estudios de pobreza se limiten a poner un umbral de renta monetaria y establecer después quién llega y quién no», explica la investigadora de este departamento, Mercedes Prieto Alaiz. Ella y sus compañeros, acostumbrados a realizar informes de pobreza para el Consejo Económico y Social (CES) de Castilla y León, han intentado trazar el verdadero DNI de la miseria en España. Para ello han manejado hasta nueve variables, hogar a hogar, extraídas de la última Encuesta Europea de Condiciones de Vida, que se realiza en 13.000 domicilios de cada país de la Unión Europea.

No faltan los problemas de habitabilidad, el nivel de hacinamiento familiar, la incapacidad para afrontar un gasto imprevisto o para salir al menos una semana de vacaciones fuera de casa. «Aquí se caracteriza a la persona, se le pone nombre y apellidos a la situación real de cada uno», insiste Prieto Alaiz.

Cuando una persona no puede acceder a tres o más de esas prestaciones entraría en lo que técnicamente han llamado 'pobreza multidimensional'. Este trabajo resume sus conclusiones con una sola palabra: «demoledoras». Y le pone los números. En el año 2007 el porcentaje de personas pobres multidimensionales era del 5,4% de la población española (2.057.123 personas). Este dígito escala hasta el 9% en el año 2011 (3.321.304 ciudadanos). Esto supone que, en apenas tres años, se han quedado más allá de los márgenes del sistema otro millón y cuarto de personas más.

El mismo equipo de investigación espera actualizar los datos cuando el INE finalice sus últimas encuestas aunque dan por seguro que esta cifra se «incrementará incluso a mayor ritmo». Aunque se analicen variables que van mucho más allá del poder adquisitivo de cada uno, en las conclusiones se atribuye la agudización de los niveles de pobreza severa al «deterioro del mercado de trabajo, que es el que más ha echado a los excluidos», hacia la marginalidad. La radiografía de la pobreza extrema en España sitúa sus lugares más vulnerables en las regiones de Andalucía y Canarias. Entre ambas se reparten casi la mitad de estas bolsas de miseria con 1,5 millones de pobres de solemnidad entre ambas. Por contra, Castilla y León y Valencia son las únicas que han logrado registrar un ligero descenso en sus niveles de exclusión absoluta.

Trabajos como este, que se publicará en breve en la Revista de Economía Aplicada, refrendan las conclusiones de los informes de Caritas y Foessa (Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada), esos que suelen rechazar los gobiernos por considerarlos exagerados y que Prieto Alaiz califica de magníficos.

Y también los de otros organismos como el publicado este mes de junio por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) que analiza el mismo periodo 2007-2011 y advierte de la polarización de la miseria en España. Ese informe llega a las mismas conclusiones que los expertos de la UVA, al advertir que el ingreso medio del 10% más pobre en España retrocedió 7,5 veces más que lo que cayó la renta del 10% más rico, apenas afectada por la debacle económica general. Los expertos universitarios hablan de una «brasilización o latinoamericanización» de la riqueza española e ilustran el avance de la injusticia económica con otro dato preocupante: «En 2004 el 20% más rico tenía cinco veces más que el 20% más pobre. En 2012 esa diferencia es ya de siete veces», concluye la profesora Mercedes Prieto.

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