sábado, 14 de mayo de 2011

La Iglesia española recibe al año 10.000 millones de euros de las arcas públicas

Extraído de Librered.net

“Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”, cuentan que dijo Jesucristo a los fariseos en la Galilea del siglo I. Dos milenios después, la Iglesia católica en España continúa olvidando la máxima evangélica, y este año ya ha conseguido del “César” más de 10.000 millones de euros en conceptos varios.

Una media de 200 euros por habitante que, sea o no creyente, ve cómo esta importante cantidad se extrae de los presupuestos de las distintas administraciones públicas (Estado, comunidades autónomas, diputaciones y ayuntamientos).

Algunos estudios de próxima publicación concluyen además que anulando las subvenciones a la Iglesia no sería necesaria la ampliación de la jubilación a los 67 años.

Todo ello, sin contar con partidas “excepcionales”, como la que este próximo agosto destinará al menos 60 millones de euros (en metálico o en especie) para sufragar los gastos de seguridad, limpieza, organización y cesión de terrenos para la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud, que traerá a Benedicto XVI a Madrid y que ha sido declarado por el Gobierno como “evento de interés especial”.

Ésto supone nuevos privilegios fiscales, tanto para la Iglesia como para las empresas colaboradoras del acto. El Ejecutivo ya ha anunciado que pondrá todo su empeño por que la visita sea un éxito. Por si acaso, el director general de la Jornada, Yago de la Cierva, se encargó el domingo pasado, tras la beatificación de Juan Pablo II en Roma, de recordar al Gobierno que esperaban, cuando menos, el entusiasmo demostrado por el premier italiano, Silvio Berlusconi, a la hora de volcarse con el evento. “El Gobierno italiano ha dejado muy alto el listón para España”, aseguró De la Cierva.

Ayer mismo, 8.000 jóvenes se dieron cita en el pabellón Madrid Arena, gestionado por una empresa pública, para festejar la cuenta atrás de un evento que espera traer a Madrid a dos millones de jóvenes.

En su homilía ante los voluntarios de la jornada de agosto, el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, calificó el evento de “nuevo Pentecostés”, y llamó a los jóvenes a participar en la nueva cruzada en torno a Benedicto XVI. “La tarea, que hemos asumido al servicio de la Iglesia y de su pastoral juvenil, es de unas proporciones materiales y espirituales nada comunes, ¡inconmensurables!”, señaló.

Una de las partidas llega a través de la famosa casilla de la Iglesia en la declaración de la Renta, que el año pasado aportó a las arcas de la institución, de forma directa, más de 250 millones de euros.


Llámalo robo, llámalo X


Fines sociales

A ello hay que sumar al menos otros 80 millones que la Iglesia recibe a través de la x de “otros fines sociales”, de la que se benefician proyectos de ONG católicas. Una cantidad que no es relevante teniendo en cuenta el total de las donaciones públicas a la Iglesia, pero que sí refleja la pervivencia de unos privilegios incompatibles con el Estado laico y que, en algunos casos, se remontan al siglo XIX.

Expertos en Derecho Eclesiástico como Óscar Celador o Dionisio Llamazares critican que la jerarquía eclesiástica “viva de las rentas de la desamortización de Mendizábal (1822)”, y que los actuales Acuerdos Iglesia-Estado que consagran la financiación pública de la Iglesia, aunque también elcompromiso de esta, jamás cumplido, por trabajar en su autofinanciación son “inconstitucionales”.

Una situación que, además, genera desigualdades con otras confesiones. En la práctica, la Iglesia católica es la única religión con financiación pública. Judíos, musulmanes y evangélicos se reparten apenas 6 millones de euros (a través de la Fundación Pluralismo y Convivencia), mientras que la Iglesia católica recibe más de 10.000.

Ajena a estas consideraciones, la jerarquía eclesiástica ha lanzado una campaña la que anima a los contribuyentes, católicos o no, a marcar las dos casillas de la Renta, lo que supone detraer el 1,44% de los impuestos, la mitad a la Iglesia y la otra mitad a “Otros Fines”. “No pagarás más, no te devolverán menos”, afirma el lema de este año.

Campaña “austera”

El gerente del Episcopado, Fernando Giménez, sostiene que se trata de una nueva campaña “austera e imaginativa”, que incide en “la impagable labor que realiza la Iglesia por la sociedad sin pedir nada a cambio”.

La campaña cuenta que la Iglesia trabaja con los inmigrantes, los presos, los huérfanos o los ancianos. Sin embargo, la realidad es que todos los fondos recaudados por los obispos con la famosa casilla van a sufragar el culto católico, los sueldos de los sacerdotes y la Seguridad Social del clero. De hecho, aunque su ejemplo y su función social aparezcan en los anuncios de la casilla eclesiástica, las ONG católicas reciben su ayuda a través de la casilla de Otros fines de Interés Social.

Giménez insistió en que marcar la X de la Iglesia “supone apostar por la familia, la educación en valores, el desarrollo de las personas y luchar contra la crisis”. Una crisis que, hasta la fecha, no ha afectado a las arcas de la institución, que en los últimos dos años ha visto cómo la cantidad ingresada por el IRPF pasaba de 140 millones de euros a 253,4 millones.

¿A dónde va el dinero? Los presupuestos de la Conferencia Episcopal indican que el montante de la casilla se dedica a pagar los sueldos de los curas. Aunque no todos opinan lo mismo.

Europa Laica denuncia cómo tanto la jerarquía de la Iglesia como las organizaciones católicas financiadas a través de los fines sociales, “dedican parte de sus recursos a sufragar costosas campañas para promover la represión sexual, la discriminación por razón de género u orientación sexual, contra la libertad de la mujer, contra los avances científicos o contra la eutanasia y la muerte digna”.

Discriminación

Desde hace años, distintas instituciones, religiosas y laicas (desde Redes Cristianas a Europa Laica) claman por la eliminación de la casilla de la Iglesia en el IRPF, que consideran “una discriminación para los contribuyentes que no señalan ninguna casilla”, afirma el teólogo Evaristo Villar.

Por su parte, el presidente de Europa Laica, Francisco Delgado, sostiene que “con el actual sistema, el Estado conculca el artículo 31 de la Constitución que indica que todos los ciudadanos deben contribuir al sostenimiento de los gastos públicos en condiciones de igualdad”.

Con motivo del arranque de la campaña del IRPF, Europa Laica ha exigido al Gobierno la eliminación de la casilla de la Iglesia católica, puesto que “refleja el apoyo preferente del Estado a la religión católica y la discriminación para los ciudadanos que aun siendo creyentes no desean que se financie la iglesia católica, para aquellos que son fieles de otras religiones y para todos los que no tienen religión”.

Europa Laica rechaza también la casilla de asignación tributaria a fines sociales, porque “lo que se recauda por este concepto se entrega a organizaciones y fundaciones católicas, de ahí que la jerarquía católica anime a marcar ambas casillas”, como así sucede este año.

Después de más de 30 años de democracia y de vigencia de una Constitución que establece “que ninguna confesión tendrá carácter estatal”, las relaciones entre la Iglesia católica y el Estado español no han cambiado sustancialmente, aunque la influencia de aquella sobre la sociedad sea menor.

El incremento de la financiación de la Iglesia por parte del Estado y los privilegios económicos, jurídicos y políticos, de los que disfruta demuestra que todavía “estamos en un estado confesional encubierto”, a juicio de Europa Laica. Muy lejos, cuando menos, de la separación que reivindicaba Jesús de Nazaret. Y es que el César, muchas veces, está demasiado cerca de Dios.

Jesús Bastante / Público


4 comentarios:

KRATES dijo...

La Iglesia no solamente recibe el dinero como una única institución, son muchas (como ya comenté en una entrada de hace tres años):

«La Iglesia católica española no es una única institución, se habla de hasta unas 40.000 instituciones que la componen. Las relaciones del Estado con el clero consisten en los 3.200 millones que sirven para subvencionar a los 2.400 colegios católicos (el 80% son centros concertados) y unos 520 millones para pagar los sueldos de los profesores de religión (15.000 en la enseñanza pública, aunque bajo las ordenes de los obispos), o los casi 300 millones para las indemnizaciones judiciales por reclamaciones de catequistas. Además de los salarios de los capellanes militares, penitenciarios y de los hospitales. En subvenciones a la sanidad privada y la asistencia social unos 600 millones. Las ONG católicas como CÁRITAS, MANOS UNIDAS, INTERMÓN,… hasta el centenar, reciben 90 millones de euros de ayudas. Para la conservación y rehabilitación de su patrimonio histórico se entrega una partida de 200 millones...»

http://losdeabajoalaizquierda.blogspot.com/2008/03/el-sustento-del-clero-espaol.html

Rodolfo Plata dijo...

DEJEMOS ATRÁS EL OSCURANTISMO MEDIEVAL CUANDO LA FILOSOFÍA ESTABA SOMETIDA A LA TEOLOGÍA, LA RAZÓN A LA FE, LA CIENCIA A LA REVELACIÓN, Y EL ESTADO A LA IGLESIA:

LOS VALORES SUPREMOS DE LA TRASCENDENCIA HUMANA Y LA SOCIEDAD PERFECTA, DEBEN ORIENTAR LOS OBJETIVOS DEL CURRÍCULO ESCOLAR LAICO A FIN DE ALCANZAR LA SUPRA HUMANIDAD__ La relación entre la fe y la razón, la religión, la ciencia y la educación, se enmarca en el fenómeno espiritual de la trasformación humana abordado por la doctrina y la teoría de la trascendencia humana: conceptualizada por la sabiduría védica, instruida por Buda e ilustrada por Cristo; la cual concuerda con los planteamientos de la filosofía clásica y moderna, y las conclusiones comparables de la ciencia (psicología, psicoterapia, logoterápia, desarrollo humano, etc.)__La paideia griega tenía como propósito educar a la juventud en la virtud (desarrollo de la espiritualidad), la sabiduría (cuidado de la verdad, estudiando la física, la lógica y la axiología), el físico culturismo (cuidado del cuerpo y la salud), mediante la práctica continua de ejercicios físicos y espirituales (cultivo de sí), a efecto de prevenir y curar las enfermedades del cuerpo y el alma; la oratoria y la retórica para intervenir en la administración y gobierno de las polis, a efecto de alcanzar la sociedad perfecta. El educador, utilizando el discurso filosófico y la discusión de casos y ejemplos prácticos, más que informar trataba de inducir transformaciones buenas y convenientes para si mismo y la sociedad, motivando a los jóvenes a practicar las virtudes opuestas a los defectos encontrados en el fondo del alma, a efecto de adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos) __La vida, ejemplo y enseñanzas de Cristo coincide cien por ciento con el currículo y objetivo de la filosofía griega. Y por su autentico valor pedagógico, el apóstol Felipe introdujo en los ejercicios espirituales la paideia de Cristo (posteriormente enriquecida por San Basilio, San Gregorio, San Agustín y San Clemente de Alejandría, con el pensamiento de los filósofos greco romanos: Aristóteles, Cicerón, Diógenes, Isócrates, Platón, Séneca, Sócrates, Marco Aurelio,,,), a fin de alcanzar la trascendencia humana (patente en Cristo) y la sociedad perfecta (Reino de Dios). Meta que no se ha logrado debido a que la mitología del Antiguo Testamento, al apartar la fe de la razón, castra mentalmente a sus seguidores extraviándolos hacia la ecumene abrahámica que conduce al precipicio de la perdición eterna (muerte espiritual)__ Es tiempo de rectificar retomando la paideia griega de Cristo, separando de nuestra fe el Antiguo Testamento y su teología fantástica que han impedido a los pueblos cristianos alcanzar la supra humanidad. Pierre Hadot: Ejercicios Espirituales y Filosofía Antigua. Editorial Siruela. http://www.scribd.com/doc/33094675/BREVE-JUICIO-SUMARIO-AL-JUDEO-CRISTIANISMO-EN-DEFENSA-DEL-ESTADO-LA-IGLESIA-Y-LA-SOCIEDAD

KRATES dijo...

Ya que nos liamos a poner citas:

«Tenemos que mantenernos de pie y mirar al mundo a la cara: sus cosas buenas, sus cosas malas, sus bellezas y sus fealdades; ver el mundo tal cual es y no tener miedo de él. Conquistarlo mediante la inteligencia y no sólo sometiéndose al terror que emana de él. Todo el concepto de Dios es un concepto derivado del antiguo despotismo oriental. Es un concepto indigno de los hombres libres. Cuando se oye en la iglesia a la gente humillarse y proclamarse miserables pecadores, etc., parece algo despreciable e indigno de seres humanos que se respetan. Debemos mantenernos de pie y mirar al mundo a la cara. Tenemos que hacer el mundo lo mejor posible, y si no es tan bueno como deseamos, después de todo será mejor que lo que esos otros han hecho de él en todos estos siglos. Un mundo bueno necesita conocimiento, bondad y valor; no necesita el pesaroso anhelo del pasado, ni el aherrojamiento de la inteligencia libre mediante las palabras proferidas hace mucho por hombres ignorantes. Necesita un criterio sin temor y una inteligencia libre. Necesita la esperanza del futuro, no el mirar hacia un pasado muerto, que confiamos será superado por el futuro que nuestra inteligencia puede crear.»

Bertrand Russell, Por qué no soy cristiano, 1927.

Sorrow dijo...

¿Qué le pasa al cristiano del segundo comentario que se repite más que el ajo? ¿Cada vez que colguemos un texto contra la Iglesia va a comentarlo con el mismo sermón? Parace que para él no hay vida más allá del copia-y-pega.