lunes, 13 de diciembre de 2010

Los monos híbridos del bosque de Kibale

Apareamiento satisfactorio entre el cercopiteco de cola roja y el cercopiteco azul

Por Thomas T. Struhsaker

La hibridación entre especies de mamíferos en libertad es muy poco común. Normalmente, se evita o se impide mediante mecanismos de aislamiento, tales como barreras geográficas (por ejemplo, ríos), preferencia por diferentes hábitats en la misma región, o diferencias en la anatomía, fisiología, ecología y conducta de la especie. En la naturaleza, la mayor parte de la hibridación ocurre allí donde se han roto las barreras geográficas y donde pueden interactuar dos especies muy relacionadas, pero previamente aisladas. Cuando se produce una ruptura de los mecanismos aisladores y hay entrecruzamiento, suele resultar desventajoso, tanto para el híbrido como para la especie progenitora. Lo más frecuente es que la prole sea infértil, y si no lo es, puede estar mal adaptada a su hábitat o mostrarse incapaz de encontrar pareja.

En África, conviven el cercopiteco de cola roja (Cercopithecus ascanius) y el cercopiteco azul (C. mitis) en gran parte de sus ámbitos geográficos, sin que haya hibridación. Sin embargo, se han encontrado híbridos en cuatro bosques*, uno de los cuales es el de Kibale, en el oeste de Uganda. Esta hibridación ofrece especial interés, puesto que ocurre entre especies cuyos territorios suelen solaparse, porque la descendencia es fértil y porque las hembras híbridas, al menos, parecen mostrar distintas ventajas sociales.

Físicamente, azules y colas rojas difieren de forma considerable en tamaño y peso (los cercopitecos azules son mayores, a veces bastante más), color y marcas. Sin embargo, en lo tocante a la conducta comparten muchas llamadas similares y gestos, alimentos y también el mismo tipo de sistema social. Ambos viven en harenes que consisten en un grupo permanente de hembras adultas con sus crías y un macho adulto temporal. Mientras que las hembras suelen permanecer en su grupo natal toda la vida, los machos lo abandonan antes de alcanzar la madurez. Se tornan solitarios y, al parecer, vigilan otros grupos sociales, en busca de una oportunidad para apoderarse de un harén. Debido a que los machos adultos se muestran intolerantes unos con otros, suele haber agresiones durante estas apropiaciones. La inamovilidad del macho en un harén puede durar unos días a unos cuantos años.

En Kibale, la hibridación queda limitada a la zona de estudio, de unos 6 km², situada a mitad de camino en la vertiente norte-sur del bosque. Es allí donde la distribución de la población de cercopitecos azules cesa repentinamente por razones desconocidas, aunque se encuentran cercopitecos de cola roja en todo el bosque. En este extremo meridional del territorio del cercopiteco azul, la densidad de éste es una séptima parte de lo que es más al Norte, donde hay de 35 a 40 cercopitecos azules por km². En realidad, sólo hay un grupo social de cercopiteco azul en Ngogo, pero se da una concentración muy alta de machos de cercopitecos azul solitarios (al menos seis, en tanto que, al mismo tiempo, en otra zona del bosque, más al Norte, no se observó ninguno). Por tanto, la competición de estos machos por las hembras es intensísima, y no sólo da como resultado un índice más elevado de apropiaciones de hembras por los machos en esta zona (seis en el grupo de Ngogo y ninguna en cuatro grupos más al Norte durante el mismo periodo) sino, al parecer, la hibridación.

Si un macho de cercopiteco azul no logra aparearse dentro de su especie, parece que la mejor opción estratégica consiste en copular con otra especie estrechamente emparentada: una hembra de cercopiteco de cola roja. Que esto fue lo ocurrido lo demuestra el hecho de que los tres híbridos conocidos (un macho y dos hembras adultos) viven en diferentes grupos de cercopitecos de cola roja. Al parecer, nacieron y se criaron en grupos de cercopitecos de colas rojas como crías de sus hembras y de machos de cercopitecos azules. Ambas hembras híbridas han criado a su vez y, a juzgar por su apariencia, dos de los tres cruzamientos tuvieron probablemente como padre un macho cercopiteco de cola roja, y el tercero un cercopiteco azul.

En el último caso, un macho adulto de cercopiteco azul se unió a un grupo de cercopitecos de cola roja, y compartió un harén «exclusivo» con un macho de esta última especie, durante más de dos años y medio… Aunque el cercopiteco azul se ha apareado satisfactoriamente con la hembra híbrida del grupo (que parece más bien una hembra de cercopiteco azul), de momento las hembras de cola roja han tendido a evitarlo. Es posible que deba mediar un largo periodo de familiarización antes de que una hembra de cercopiteco de cola roja copule de buena gana con un determinado macho de cercopiteco azul, especialmente porque, al parecer, está condicionada para eludir interacciones con esta especie.

El hecho de que las hembras híbridas sean fértiles apoya la sugerencia de que la hibridación puede ser una «inversión» viable para los machos de cercopitecos azules, cuando la competición por las hembras es inusualmente intensa. Sin embargo, ¿qué ventajas obtiene una hembra de cercopiteco de cola roja que se aparea con uno azul? Por su parte, las hembras híbridas parecen plenamente integradas en los grupos de cercopitecos de cola roja en los que viven. Asean y son aseadas, y se les permite ocuparse de las crías más pequeñas de las madres de cercopiteco de cola roja. En otras palabras, no se ven reducidas al ostracismo, sino que son tratadas como cercopitecos de cola roja. Además, su mayor tamaño les confiere una probabilidad de ser dominantes respecto a los cercopitecos de cola roja y, por lo tanto, de que tengan prioridad de acceso a la comida. Cuando ayudan a las otras hembras en la defensa territorial contra grupos de vecinos de cercopitecos de cola roja, tanto el tamaño como la coloración azul son ventajas bien claras. Por otra parte, los híbridos se benefician de su posibilidad de nutrirse a partir de una gama de alimentos más amplia que cualquiera de las especies progenitoras. No sólo comen la dieta típica de los cercopitecos de cola roja y de los azules, sino que además consumen productos que no toman éstos. Y lo que todavía es más importante, las hembras híbridas no parecen tener ningún problema para aparearse tanto con machos de cola roja como azules, y producir así unos híbridos saludables.

Con todas estas ventajas, ¿por qué las hembras de cercopitecos de cola roja no hibridan con más frecuencia? Al dejar su grupo natal en la adolescencia, el híbrido macho también abandona a los cercopitecos de cola roja más familiarizados con él. Al buscar otro harén de colas rojas del que apoderarse, el gran tamaño del híbrido y su aspecto de cercopiteco azul constituirán una desventaja enorme, ya que sin duda las hembras de cola roja lo tratarán con el temor o la indiferencia que les inspiraría un macho azul solitario. En consecuencia, sus probabilidades de éxito reproductor pueden ser considerablemente menores que las de un macho de cercopiteco de cola roja.

TTS (1984)

Natura. Enciclopedia de los Animales, Ediciones Orbis, 1986.


* En los bosques de Budongo, Itwara y Kibale en Uganda; y el de Gombe en Tanzania, en este último bosque todavía existen casos, en los otros ya son cosa del pasado.

1 comentario:

Toni dijo...

Una más que interesante entrada, desde luego la naturaleza jamás dejará (al menos a mi) de sorprendernos y a cada año que me hago más mayor mi curiosidad y capacidad de asombrarme rejuvenece.

Un saludo compañeros. Y ánimo con un blog tan interesante.