sábado, 21 de julio de 2007

La democracia incompleta


Para añadir algo más, en torno al tema de El Jueves y el secuestro de su última publicación (en este Estado que presume ser democrático), y , en especial, sobre la figura del Jefe del Estado español -el Rey-, os pongo una parte del texto La democracia incompleta, del capítulo noveno «Las raíces de nuestro déficit democrático y social» del libro del socialdemócrata Vicenç Navarro, Bienestar insuficiente, democracia incompleta. Sobre lo que no se habla en nuestro país, de la editorial ANAGRAMA, 2002:


[...]

«Otro comportamiento mediático que considero de escasa sensibilidad democrática es la presentación del monarca español como la figura histórica que nos trajo la democracia, interpretación que apareció en el programa de máxima audiencia sobre la monarquía que presentó TVE1, según el cual el franquismo era la dictadura de una persona y la democracia era la creación de otra -del Rey-. Sin desmerecer el papel importante que el Rey y otras personalidades tuvieron en la Transición, ésta fue, sobre todo, el resultado de la presión popular (en el período 1975-1977 España vio el mayor número de huelgas políticas de Europa) y de la presión internacional. De ahí que las opciones posibles en aquellos años no eran, como constantemente se escribe en España, Dictadura o Democracia, sino qué tipo de Democracia. La vuelta a la dictadura como forma duradera y estable de gobierno era una alternativa con muy escasa posibilidad de realización: ni el pueblo español ni la presión internacional la hubiran tolerado mucho tiempo. Por lo tanto, es razonable pensar que las alternativas más reales se configuraban dentro de la democracia. Pero debido al poder que las derechas tenían durante la dictadura y durante la transición y a la debilidad de las izquierdas, consecuencia de la gran represión a la que estuvieron sujetas durante todo el período de la dictadura (que continuó hasta el último año de aquel régimen), la transición se realizó en términos favorables a las derechas. Aunque débiles, sin embargo, fueron las izquierdas las que presionaron para ir democratizando aquel proyecto, cuyos primeros pasos, durante los primeros años de la monarquía, habían sido a todas luces insuficientes. Las derechas se resistieron tanto como pudieron -como consta que Aznar, entre otros, no apoyó la Constitución cuando se realizó el referéndum que la aprobó-, imponiendo condiciones y restricciones que limitaron el desarrollo democrático, como las prerrogativas del jefe del Estado español -únicas en la UE-, que incluyeron un blindaje mediático frente a la crítica y el escrutinio democráticos. Ahora bien, tales limitaciones, incluyendo las expresadas en el Código Penal, no derivan de la Constitución. Precisamente, una de las grandes victorias de la democracia y del documento constitucional es la de la libertad de expresión con pleno derecho a la crítica a la monarquía y al monarca, derecho que los medios de información, reproduciendo una actitud acrítica hacía la monarquía, no ejercen, con el consiguiente empobrecimiento de nuestra democracia. Es más, la propia Constitución permite su modificación a fin de alcanzar una mayor profundización democrática, realidad ignorada por las derechas de nuestro país, que, mientras que ayer se oponían a ella, ahora impiden su modificación, olvidando que la Constitución no es el punto de llegada, sino de partida, hacia una sociedad auténticamente democrática. Apoyar la Transición y la Constitución no quiere decir presentar la primera como modélica y considerar la segunda inmejorable. Antes al contrario, la Constitución ofrece a la ciudadanía unos cauces democráticos para alcanzar un mayor desarrollo democrático que puede incluir, por ejemplo, el posibilitar que en un día futuro una hija de una auxiliar de enfermería del barrio obrero de Nou Barris, en Barcelona, pueda ser elegida jefa del Estado, representándonos a todos.»


[...]

«La monarquía no puede ser resultado de una imposición mediática ejercida sobre la ciudadanía española, sino que debe ser la consecuencia de su popularidad ganada a pulso, sin cajas de resonancia, contrastada con otras alternativas, como la forma republicana de gobierno, cuyos promotores deben gozar de la misma accesibilidad a los medios, algo que no ocurre en nuestra democracia incompleta. Esta escasa sensibilidad democrática mostrada por los medios de información en su unánime aplauso a la monarquía, con ausencia de crítica hacia la institución y al monarca, está dañando a la democracia española, al reproducir una cultura cortesana que enfatiza un orden jerárquico en el que el jefe del Estado y su corte están por encima de toda crítica, de forma que se enfatiza la aceptación pasiva por parte de la ciudadanía de un sistema jerárquico en el que el monarca está arriba, mientras que todos los demás estamos abajo, con una gradación de importancia que depende de la distancia existente entre cada ciudadano y el monarca. No hay que olvidar que una de las consecuencias más positivas de la Transición fue precisamente la transformación de la figura del jefe de Estado, que pasó de serlo "por la Gracia de Dios" a serlo por la Gracia del Pueblo español. convirtiéndolo en su representante y servidor. Es de gran urgencia democrática que los medios de información modifiquen sus hábitos heredados del régimen anterior y sometan al jefe del Estado al mismo nivel de escrutinio y debate que se da en otros países democráticos, para así alcanzar el nivel de madurez democrática que nuestra ciudadanía merece.»


Los de la revista El Jueves, han sido una de las pocas publicaciones que se han atrevido a ironizar y caricaturizar la figura del jefe del Estado español y familia, y ahora les secuestran (censuran), por orden judicial, su último número. ¿No es esto una violación del derecho constitucional a las libertades de expresión y de prensa?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Compañero KRATES, tu comentario sobre este tema va sobrado de razón, razón que el cochino estado ha perdido al secuestrar una publicación, que sinceramente no llego a entender. He visto cosas mucho más escandalosas y nadie se había rajado las vestiduras, hasta ahora .

KRATES dijo...

Salud, compañero Crápula, bienvenido a este nuestro humilde Blog. ¡Que vergüenza de sistema es éste! Secuestrar y censurar una publicación porque se caricaturiza a los herederos al trono en una situación "indecente" para ellos.

¿Qué pasa? ¿Es qué los príncipes y los infantes vienen al mundo de otra manera al resto de los mortales? Por inspiración divina será.

¡Qué cosas! En estos tiempos aún así...

CURIO DENTATO dijo...

Lo que pasa es que al principe no le gusta que le llamen "vago"; sí hasta copular para él es un "trabajo".