domingo, 29 de enero de 2012

Las condiciones que el BCE debería poner a los Estados para comprarles deuda pública (en lugar de las reaccionarias que está imponiendo)

Artículo publicado por Vicenç Navarro en la revista digital SISTEMA, 27 de enero de 2012

El artículo critica las condiciones que el Banco Central Europeo está imponiendo a los estados español e italiano para comprarles deuda pública, señalando que tales condiciones deterioran todavía más la recesión que estos países están sufriendo. El artículo propone condiciones alternativas que favorecerían la salida de la recesión de estos países.

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La situación en la Eurozona está preocupando en gran manera a muchos centros de análisis económico en EE UU, como el Center for Economic and Policy Research, de Washington, uno de los centros que goza de mayor prestigio en los círculos económicos y políticos de EE UU. El gran estrés que supone para la economía italiana tener que pagar unos intereses de su deuda pública de hasta un 7,7%, provocando la alarma, no sólo del Estado italiano, sino también para muchos políticos y economistas estadounidenses que temen que el colapso de la deuda pública italiana (y quizá de la española) sea mucho peor (no sólo para los habitantes de los países de la Eurozona, sino también para los ciudadanos de EE UU, entre otros países) que el colapso de Lehman Brothers en 2008.

Desesperados por lo que consideran la enorme incompetencia o poca vista del Banco Central Europeo (BCE), dada su resistencia a comprar masivamente deuda pública italiana, forzando así el descenso de los elevados intereses de tal deuda, muchos economistas progresistas de EE UU están sugiriendo que sea el Banco Central Estadounidense, el Federal Reserve Board, el que la compre, ayudando a Italia. El hecho de que un país compre la deuda pública de otro país no es un fenómeno nuevo. En realidad el Banco Central de China ha comprado deuda pública de EE UU con los dólares sobrantes de su enorme superávit comercial, convirtiéndose en uno de los mayores propietarios de bonos del gobierno federal de EE UU. La compra por parte del Federal Reserve Board de los bonos del Estado italiano (y español) reduciría la posibilidad de que colapse toda su deuda pública, con el caos internacional que ello conllevaría.

Ahora bien, según Dean Barker, el director del Center for Economic and Policy Research de Washington, D.C., ello no se debería hacer sin antes poner unas condiciones, totalmente diferentes y opuestas a las que ha estado exigiendo el Banco Central Europeo como condición para comprar bonos públicos italianos y españoles. Recientemente se ha informado de que el Sr. Trichet, cuando era gobernador del BCE, y el gobernador del Banco Central italiano, escribieron una carta al que era entonces el Presidente Berlusconi (y parece ser que otra casi idéntica al Presidente Zapatero de España, escrito por Trichet y Fernández Ordóñez, el gobernador del Banco de España), en la que se ponía como condición para comprar bonos estatales que tal Estado se comprometiera a desregular los mercados laborales, a reducir los salarios y a reducir la protección social. En otras palabras, tales personajes utilizaron el enorme poder del BCE para debilitar el mundo del trabajo a fin de conseguir unos mayores beneficios para el capital.

Dean Baker cree que esta condición establecida por el BCE a Italia y a España es un profundo error, pues debilitaría todavía más la demanda doméstica, que es el origen principal de la crisis económica. Lo que sí cree Dean Baker aconsejable es que el Federal Reserve Board ponga como condición para comprar los bonos públicos italianos (y españoles) que el Estado italiano (y el español) haga una reforma fiscal que permitiera unos mayores ingresos al Estado a base de eliminar el fraude fiscal y corregir la enorme regresividad de los impuestos. No es casualidad que los países donde hay mayores problemas de endeudamiento público (Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia) son aquéllos de la Eurozona que tienen unos salarios más bajos, una menor protección social y una menor progresividad fiscal.

Sería, pues, aconsejable que se exigiera a tales Estados que tomaran las medidas que les permitieran disminuir su endeudamiento. Que no se haga se debe al excesivo poder que la banca (y la gran patronal) tienen sobre el BCE y sobre los Estados italiano (y español). ¿Por qué las izquierdas europeas no están exigiendo al BCE que cambie las condiciones de comprar deuda pública?

VICENÇ NAVARRO

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